México tendrá cuatro años de dificultades y empobrecimiento durante el Gobierno del nuevo presidente de EU, Donald Trump, debido a su bajo crecimiento, al aumento de la deuda pública, el alza del dólar y las «pocas armas» que tienen las autoridades mexicanas para enfrentar las restricciones económicas propuestas por el republicano.
Éstas son las conclusiones principales del director de la Licenciatura en Economía del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Germán Rojas Arredondo, quien explicó que la estabilidad macroeconómica «que tanto presume» la Secretaría de Hacienda es «un barquito» ante la inestabilidad y los riesgos que representa Trump.
«Nos dicen –Hacienda y el Banco de México– que hay estabilidad macroeconómica, pero no crecemos; nos dicen que tenemos muchos dólares en reservas internacionales –177 mil millones al cierre de la última semana– pero el tipo de cambio llega 21 pesos.
«Y nos quieren hacer crecer que estamos capacitados para para enfrentar una tormenta financiera –por la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos– y la tormenta ya está aquí», afectando la estabilidad y el desarrollo del país, dijo el directivo del ITAM
México se empobrece
En una entrevista con Publimetro, el especialista señaló que, independiente de los daños que traerían las propuestas de Trump como la supuesta cancelación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), los impuestos a las exportaciones mexicanas o la construcción de un muro en la frontera, la economía mexicana es débil y se empobrece.
Señaló que una muestra de lo anterior es que instituciones como el Bank of America ya redujo la expectativa de crecimiento de nuestro país, de un rango de 2.3% a 1.9% para este año; igual que lo hizo el BBVA Bancomer, de una tasa de 2.6 a otra 1.8% del PIB.
La economía mexicana, recordó, debe crecer más para impulsar el desarrollo de la población –a tasas de 6 ó 7% según los analistas– pero no avanzaremos más de 2%. Para dejarlo claro, «crecer a menos de 3% significa que nos estamos empobreciendo», apuntó.
«México es débil y el Gobierno cuenta con pocas herramientas para enfrentar el nuevo entorno y los riesgos que planean las propuestas del presidente electo de EU; es como ‘un barquito’ con cierta estabilidad macroeconómica, lo que anticipa cuatro años de difíciles y una década mala» por llegar.
Boicot a México es boicot contra EU
El directivo del ITAM, institución de donde egresaron los últimos dos secretarios de Hacienda, Luis Videgaray y José Antonio Meade, explicó que para medir los riesgos potenciales y reales para México, es necesario esperar a que el nuevo presidente de Unión Americana tome posesión y defina sus directrices de gobierno.
Sin embargo, reconoció que la posibilidad de que modifique o cancele la participación de su nación en el TLCAN, imponga impuestos a las importaciones mexicanas o fije cuotas fiscales de 60% o 90% a las empresas estadounidense que operan en México también es un boicot para la Unión Americana.
Ello, explico, debido a que las propias reglas de dicho tratado establecen que si EU cobra impuestos no previstos a las exportaciones de México o Canadá, estas naciones tienen derecho a cobrar aranceles más altos y solicitar el apoyo de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
«Pero si esto último sucediera o se imponen cuotas a las empresas estadounidense que operan en México, como las automotrices, el daño se revierte, porque los costos de producción para sus propias organizaciones serían más altos en suelo estadounidense, donde la mano de obra no están calificada.
«Lo que sería un problema grave es la deportación de los mexicanos y la pérdida de las remesas que estos envían a su familias que viven en territorio nacional, lo cual podría ser una moneda de cambio para presionar a México a aceptar la renegociación del TLCAN.
«Sin embargo, el problema más grave es que el Gobierno Mexicano no toma medidas concretas para revertir el problema.
«Y no tiene herramientas adecuadas, ya no para ponerse adelante de Trump, sino para resolver el marasmo que provoca la falta de ingresos, las reformas estructurales tardías y el empobrecimiento», concluyó.
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