Hablar con la ganadora del Globo de Oro y nominada al Oscar, es siempre un placer para la prensa.
Jennifer Lawrence es la actriz joven del momento y sin perder su franqueza y honestidad, platicó con Publimetro sobre lo que siente al ser la chica más famosa de Hollywood.
En nuestra charla con la estrella de Los juegos del destino y Los juegos del hambre, Jennifer se dejó llevar por su actitud relajada.
Ajustándote a la fama…
— Cuando la fama llega por primera vez, es horrible porque todo se vuelca en tu vida. El planeta entero empieza a tratarte de manera diferente y es muy difícil acostumbrarse, pero luego te cansas. La gente me decía que se presenta de manera intermitente, como en forma de olas, y tenía razón. Me siento muy mal por Emma Stone, ya que está viviendo lo mismo que yo hace algún tiempo. Le envié un mensaje diciéndole que iba manejando por Rodeo Drive y no veía nada de paparazzi. Ella me respondió con asombro “¡qué audaz!”. Pero sí, hay días buenos y otros que catalogo como malos.
¿Qué has aprendido de Bradley Cooper?
— Fue él quien me dijo que no podría volver al supermercado y hacer mis compras con tranquilidad, confianza y anonimato. Lo intenté y tenía toda la razón. Los paparazzi están en todos lados; es una locura.
Tuve que dejar de salir. Le pedí a mis amigos que lo hicieran por mí; eso sí, les expliqué que no quería que los dueños de las tiendas llamaran a la policía otra vez, debido al alboroto que se hacía por mi culpa.
Tuviste que subir de peso para tu papel en Los juegos del destino…
— Se suponía que debía hacerlo, pero al mismo tiempo tenía una rutina de baile dos horas al día. Traté de explicarle eso a David O’Russell, el director, porque me llegó a regañar diciéndome: “No estás engordando”. Para lograrlo tuve que comer un emparedado de carne con queso todos los días; por suerte los venden en todas las esquinas y son deliciosos.
Al final, cuando por fin desistí del baile, empecé a lucir con más curvas y a autohalagarme. David sólo respondía: “Sí, pronto llenarás una blusa”.
¿Cómo haces para tener los pies en la tierra?
— Aún quiero la idea de vida con la que crecí. Me gustaría tener una familia, pero una normal. Deberé hacer unos ajustes debido a mi carrera, pero siento paz conmigo misma porque pienso que no tendré que lidiar con años de rechazos y bullying siendo tan joven, algo que considero muy dañino.
No imagino a mis hijos pasando por algo como lo que estoy viviendo. Hubo momentos en los que hacer películas era emocionalmente duro y rezaba para no tener una hija que deseara ser actriz porque es un trabajo muy duro.
A los 23 años, ¿tienes un testamento?
— Se supone que tengo que poner atención en eso. Mis agentes me dicen que debo hacerlo en caso de que muera, pero es un pensamiento muy perturbador. Estoy trabajando en ello, pero aún no he firmado nada.
Por alguna razón lo estoy evitando a toda costa, porque tengo la sensación de que si lo firmo, moriré. Soy de la idea de que si no lo hago, es como dejar algunas cosas abiertas, por si acaso.
