La detección del cáncer de mama en una de sus etapas tempranas favorece su tratamiento, por lo que un equipo del Tecnológico de Monterrey ( México ) se encuentra desarrollando un dispositivo para facilitar este proceso a través de la saliva.
A través del sensor incorporado en una película ultradelgada -de unos dos micras de espesor y diez milímetros de largo-, el dispositivo es capaz de detectar una proteína conocida como Cerb-b2.
Esta proteína, que se localiza en la saliva, es desarrollada por «un grupo muy amplio de mujeres» que presentan cáncer de mama en las etapas iniciales, explica a Efe el responsable de la investigación, el doctor Joaquín Esteban Oseguera Peña.
La gran ventaja de este método es que se adelanta a la detección que pueden realizar las mujeres con la autoexploración, ya que la prueba funciona cuando el tumor se mide en micras -con un tamaño mil veces menor al que tiene cuando se detecta manualmente-, «que es cuando es interesante detectarlo porque podría ser reversible».
La Cerb-b2 llega a presentarse en, aproximadamente, un 98 % de las mujeres con cáncer de mama.
Con este aparato «inmediatamente podría decidirse si hay esta proteína y, en consecuencia, las probabilidades grandes de que se esté desarrollando cáncer de mama», afirmó Oseguera, quien encabeza un grupo de investigación de ocho personas en el campus del Estado de México de la institución universitaria.
«La idea fundamental -continúa el doctor- es que el dispositivo pueda ser accesible a todo el público, sobre todo en México en lugares alejados o de difícil acceso para equipos más sofisticados».
Así, entornos de recursos limitados o de geografía complicada, como las sierras, podrían tener un indicador sencillo de si hay que emprender un tratamiento más sofisticado para tratar la enfermedad.
En México , informa Oseguera, es «predominante» el número de decesos por una detección tardía.
Aproximadamente una de cuatro mexicanas con cáncer sufren cáncer de seno, lo que causa a diario la muerte de quince mujeres, de acuerdo con los datos de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer.
Según el doctor, es «probable» que la idea de un dispositivo como este se pudiera extender a otros tipos de cáncer vinculados con otras proteínas, aunque se necesitaría «fundamentarlo con estudios».
Por el momento, el equipo de investigación ha tomado contacto «solo a nivel preliminar» con algunos hospitales públicos del área, y en aproximadamente un año se habrá constituido todo el desarrollo adicional que permitirá realizar pruebas con pacientes.