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Al hacer el amor, cuida tu espalda

Científicos canadienses investigan cómo se mueve la columna vertebral de las parejas durante el acto sexual para averiguar qué posturas y movimientos pueden ser mejores para evitar dolores de espalda en las personas aquejadas por diferentes trastornos lumbares.

Estudiando la posiciones

Según la revista Materia (esmateria.com),  cuatro de cada cinco personas sufren dolor lumbar a lo largo de su vida y de ellos, el 84 por ciento de los hombres y el 73 por ciento de las mujeres que lo padecen, afirman que reducen significativamente la frecuencia con la que tienen sexo.

Pero según esta publicación de divulgación científica, hasta ahora no se había realizado un estudio biomecánico sobre cómo se mueve la columna durante el acto sexual para averiguar qué posturas y movimientos pueden ser mejores para evitar el dolor.

El sexo puede ser más una agonía que un éxtasis para quienes padecen dolor de espalda, pero un equipo de investigadores de la Universidad de Waterloo, en Ontario, Canadá, está ofreciendo una nueva esperanza a estas personas, por medio de una investigación que indaga las mejores posiciones sexuales para preservar la salud de su columna vertebral. 

Es la primera vez que unos científicos documentan con éxito la forma en que la columna vertebral se mueve durante el sexo y que descubren con exactitud qué posiciones son más convenientes cuando se trata de evitar el dolor de espalda, aseguran desde esta universidad canadiense (uwaterloo.ca).

El equipo de investigación liderado por el doctor Stuart McGill y la estudiante de doctorado Natalie Sidorkewicz, han combinado sistemas de captura de movimiento infrarrojos y electromagnéticos, similares a los utilizados en la creación de videojuegos, para estudiar cómo se movían las espinas dorsales de diez parejas durante el ejercicio efectuado en cinco posiciones sexuales muy comunes.

Las posturas estudiadas en el estudio “Male Spine Motion During Coitus” son: dos variantes del “estilo cuadrúpedo” o “perrito” (mujer apoyada sobre sus cuatro extremidades y hombre de rodillas detrás de ella); dos variantes del “misionero” (mujer tumbada de espaldas y hombre encima de ella); y una del “decúbito lateral” o “cuchara” (mujer y hombre yacen sobre sus costados izquierdos o derechos, con las caderas y las rodillas flexionadas).

La información resultante de este estudio, que acaba de iniciarse, se está utilizando para crear un atlas o conjunto de directrices, que recomendará diferentes posiciones sexuales y técnicas de empuje, en base a los movimientos que desencadenan o no el dolor del paciente, señalan desde Waterloo.

 

El dolor, ¿enemigo del amor?

“Muchas parejas pueden permanecer célibes porque una noche de amor puede llevar a uno de sus miembros a meses de agonía en la espalda”, según Stuart McGill, también profesor en la Facultad de Ciencias Aplicadas de la Salud, de Waterloo, quien destaca que, “hasta ahora, los médicos nunca han tenido ninguna herramientas con una base científica sólida en la que fundamentar sus recomendaciones”.

La investigación de McGill y Sidorkewicz ha desvelado que, contrariamente a la creencia popular, utilizar la “posición de la cuchara” al hacer el amor, en realidad puede desencadenar más dolor en aquellos hombres que sufren ciertos tipos de problemas en la zona baja de la espalda.

“Los médicos  a menudo recomiendan ‘cucharear’ como una posición que sirve para todos, pero nos hemos dado cuenta que ese no es el mejor consejo”, señala Natalie Sidorkewicz.

El atlas que están desarrollando los investigadores de Waterloo recomienda a los hombres que son intolerantes a la flexión, es decir aquellos cuyo dolor de espalda se agrava al tocar sus dedos del pie o sentarse durante largos períodos de tiempo, que sustituyan “la cuchara” por la posición “estilo perrito”.

La guía también recomienda a estos hombres que, durante el coito, utilicen para empujar un movimiento basado en la cadera y sus articulaciones, en vez de un empuje sustentando en la espina dorsal.

En cambio, para aquellos hombres diagnosticados como intolerantes a la extensión, que experimentan dolor cuando arquean su espalda, es más aconsejable el uso de las posiciones “del misionero” o “de la cuchara” durante el encuentro sexual

McGill y Sidorkewicz analizan ahora los datos relativos a las mujeres con dolor de espalda y esperan publicar los resultados de esa segunda parte de su investigación en los próximos meses. Adelantan que la siguiente fase de su estudio incluirá a pacientes con dolor de cadera y otros tipos de dolor de espalda para desarrollar con mayor concreción las directrices del atlas de posturas sexuales.

Consultado por Efe sobre cuáles son las mejores posiciones sexuales para proteger la columna y evitar el dolor de espalda, el profesor McGill responde: “depende del tipo de dolor de espalda, ya que en cada persona el dolor se desencadena por movimientos, posturas y cargas específicos”.

“Los activadores del dolor o ‘gatillos’ deben ser evaluados en cada individuo y, a partir de su identificación, se está en condiciones de aconsejar a la persona sobre qué posición debería evitar para que ese ‘gatillo’ se dispare”, añade McGill.

Para Sidorkewicz, “hay posiciones sexuales que alguien con un tipo de dolor de espalda puede encontrar cómodas, pero esa misma postura puede aumentar las molestias de espalda de otro individuo con diferentes factores desencadenantes de su dolor.”

No renuncie al sexo por la lumbalgia

“Algunos folletos nos enseñan en qué postura debemos planchar, conducir, colocarnos ante el ordenador, agarrar pesos pesados,… para no incrementar el dolor de espalda, pero no explican como se debe practicar la actividad sexual para disminuir el riesgo de dolor”, señala a Efe la psicóloga Jenny Moix.

Para aprender qué posturas son las más convenientes en cada caso, esta experta aconseja “ir probando hasta encontrar aquellas en las que tengamos menos molestias. Los cojines de diferentes formas, medidas y dureza ayudan a fijar posturas cómodas. En general, las personas con dolor de espalda afirman que la postura que les genera más dolor es colocarse boca abajo”.

Por su parte, el quiropráctico Ata Pouramini aporta algunas claves prácticas para evitar que el dolor de espalda arruine nuestra vida sexual:.

– Antes de hacer el amor, una ducha muy caliente puede relajar los músculos y aliviar los síntomas temporalmente.

 

– Aplicar hielo en la zona dolorida, con un trapo y durante no más de diez minutos, después de hacer el amor puede bajar la inflamación.

 

– Hay que saber cuando parar; si duele, mejor dejar la actividad sexual.

 

– Aunque no duela, no hay que excederse si se tienen problemas de espalda habitualmente, porque el dolor puede venir despueìs.

 

– Las personas con hernias discales suelen tener maìs dolor al agacharse. Es mejor que se tumben boca arriba e incluso pueden poner una almohada pequeña debajo de sus lumbares y rodillas para quitar la presión sobre la espalda.

o los investigadores de Waterloo recomienda a los hombres que son intolerantes a la flexión, es decir aquellos cuyo dolor de espalda se agrava al tocar sus dedos del pie o sentarse durante largos períodos de tiempo, que sustituyan “la cuchara” por la posición “estilo perrito”.

La guía también recomienda a estos hombres que, durante el coito, utilicen para empujar un movimiento basado en la cadera y sus articulaciones, en vez de un empuje sustentando en la espina dorsal.

En cambio, para aquellos hombres diagnosticados como intolerantes a la extensión, que experimentan dolor cuando arquean su espalda, es más aconsejable el uso de las posiciones “del misionero” o “de la cuchara” durante el encuentro sexual.

McGill y Sidorkewicz analizan ahora los datos relativos a las mujeres con dolor de espalda y esperan publicar los resultados de esa segunda parte de su investigación en los próximos meses. Adelantan que la siguiente fase de su estudio incluirá a pacientes con dolor de cadera y otros tipos de dolor de espalda para desarrollar con mayor concreción las directrices del atlas de posturas sexuales.

Consultado por Efe sobre cuáles son las mejores posiciones sexuales para proteger la columna y evitar el dolor de espalda, el profesor McGill responde: “depende del tipo de dolor de espalda, ya que en cada persona el dolor se desencadena por movimientos, posturas y cargas específicos”.

“Los activadores del dolor o ‘gatillos’ deben ser evaluados en cada individuo y, a partir de su identificación, se está en condiciones de aconsejar a la persona sobre qué posición debería evitar para que ese ‘gatillo’ se dispare”, añade McGill.

Para Sidorkewicz, “hay posiciones sexuales que alguien con un tipo de dolor de espalda puede encontrar cómodas, pero esa misma postura puede aumentar las molestias de espalda de otro individuo con diferentes factores desencadenantes de su dolor.”

No renuncie al sexo por la lumbalgia

“Algunos folletos nos enseñan en qué postura debemos planchar, conducir, colocarnos ante el ordenador, agarrar pesos pesados,… para no incrementar el dolor de espalda, pero no explican como se debe practicar la actividad sexual para disminuir el riesgo de dolor”, señala a Efe la psicóloga Jenny Moix.

Para aprender qué posturas son las más convenientes en cada caso, esta experta aconseja “ir probando hasta encontrar aquellas en las que tengamos menos molestias. Los cojines de diferentes formas, medidas y dureza ayudan a fijar posturas cómodas. En general, las personas con dolor de espalda afirman que la postura que les genera más dolor es colocarse boca abajo”.

Por su parte, el quiropráctico Ata Pouramini aporta algunas claves prácticas para evitar que el dolor de espalda arruine nuestra vida sexual:.

– Antes de hacer el amor, una ducha muy caliente puede relajar los músculos y aliviar los síntomas temporalmente.

– Aplicar hielo en la zona dolorida, con un trapo y durante no más de diez minutos, después de hacer el amor puede bajar la inflamación.

– Hay que saber cuando parar; si duele, mejor dejar la actividad sexual.

– Aunque no duela, no hay que excederse si se tienen problemas de espalda habitualmente, porque el dolor puede venir despueìs.

– Las personas con hernias discales suelen tener maìs dolor al agacharse. Es mejor que se tumben boca arriba e incluso pueden poner una almohada pequeña debajo de sus lumbares y rodillas para quitar la presión sobre la espalda.

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