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Cosas que te provocan estrés en Navidad

Navidad es la época en la que, supuestamente, debemos de sentirnos mejor, en mayor armonía con quienes queremos y con nosotros mismos; una época de espiritualidad y plenitud a nivel personal, y, en general, son los tiempos del año en los que la alegría se debe apoderar de, prácticamente, todo lo que nos rodea; pero si esto es así ¿Por qué nos estresamos en la época de fiestas navideñas?

La respuesta a esta pregunta más bien podría ser la pregunta inversa: ¿Cómo no estresarse durante las celebraciones navideñas? Y es que pocas veces nos detenemos a pensar toda la carga tanto física como psicológica y emocional que las fiestas representan.

Pensemos un poco en todas las expectativas que están relacionadas con la navidad, es la época en la que te tienes que ver y sentir bien y, además, dejar a un lado todos los sentimientos negativos que pudieran surgir por cualquier circunstancia. Es la época del amor y la paz, no hay cabida para otras cosas, lo cual hace de la Navidad una época del año en la que no es raro sentirse presionado. Dentro de las presiones más comunes y dentro de las que nos dejamos arrastrar de forma ya casi automática y sin cuestionarnos podemos mencionar varias:

La idea de tener que regalarle algo a todos los que conocemos, queremos o nos conviene hacerlo representa por supuesto una fuerte presión económica que, de no poderse realizar, nos hace cuestionarnos seriamente acerca del rendimiento en el trabajo, la eficiencia para administrarnos, etc. Pero también representa un estrés especial en cuanto a elegir los regalos que vamos a hacer; elegir es un proceso que puede resultar desgastante, sin contar también la inversión de tiempo que esto  representa; tiempo que, generalmente, le restamos a nuestras actividades personales.

La apariencia física siempre va a representar una presión en nuestro tiempo, y, por supuesto, que esta percepción de lo físico se incrementa durante las fiestas. Dentro de los muchos factores que influyen en este punto podríamos mencionar el tema de las dietas y el peso en relación a la forma en la que cambiamos nuestros hábitos alimenticios durante las fiestas decembrinas; estos cambios repercuten generalmente en nuestro organismo, pero también en nuestra autoestima y la forma en la que consideramos que somos capaces o no de controlarnos ante ciertas conductas relacionadas con la alimentación. No es raro escuchar o pensar que ya damos por hecho que durante las fiestas vamos a engordar por beber y comer en exceso.

Todo nuestro contexto se ve alterado en cuanto a horarios, salidas nocturnas, comidas y actividades de trabajo y sociales de todo tipo; y aunque estos eventos se consideran como positivos, no podemos olvidar el grado de estrés que representa organizarlos todos dentro de un tiempo muy limitado de espacio; además, la mayoría no estamos acostumbrados a este trote a lo largo del año, es sólo durante ésta época.

-Diciembre y sus fiestas son también tiempos en los que es recurrente la idea de lo que hemos perdido, dada su carga emocional no es raro recordar las relaciones rotas, separaciones, peleas, muertes y pérdidas de todo tipo; son momentos en los que nos encontramos vulnerables ante el recuerdo de navidades más felices, especialmente de la infancia; y es por ello que no es raro que se instale la nostalgia como parte de la propia atmósfera navideña; y, por, si fuera poco, también es la época en la que se supone que uno no debe sentirse mal; al contrario, los demás esperan que podamos disfrutar de las fiestas y agradecerle a la vida por las cosas buenas; resulta que no tenemos permiso de sentir tristeza ni expresarla porque no es la expectativa general. Este punto por supuesto es muy difícil de resolver porque la alegría no puede simplemente fingirse y cuando estamos tristes en esta época nos sentimos aún más tristes porque se supone que no deberíamos estar así.

La lista podría seguir en cuanto a metas alcanzadas o no durante el año, así como todos los procesos de reflexión que suelen venir con todo final de ciclo, pero para aquellos que ya se dieron cuenta mucho de lo que estamos hablando es de la expectativa relacionada a la época navideña.

TOMA NOTA

Para la navidad pensamos que tanto nosotros como todos los demás esperan vernos exitosos, sanos y bellos, solventes, participativos, organizados, rodeados de relaciones maravillosas en cuanto a pareja y familia, y además rebosantes de alegría y agradecimiento; esto por supuesto no es posible. Es por esto que la recomendación sería reconocer y no dejarse llevar por todas las expectativas propias de la época, entender que son tiempos en los que tenemos que ser flexibles por todos los cambios que hay que hacer a nuestras costumbres cotidianas y no fingir aquello que no somos o que no tenemos, sino compartir con aquellos que queremos tanto las cosas buenas como las malas.

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