Por Laura Pérezsandi Cuen
Desde siempre al vino se le ha relacionado con los placeres de la buena mesa; intrínsecamente, se le asocia con la seducción. Por ello, la propuesta para el Día del Amor y la Amistad puede ser el expresivo Oporto , un vino de agradables y variados aromas y sabores, el cual puede beberse joven o envejecido, de acuerdo con su complejo proceso de elaboración y su paso por barrica.
Se fabrican oportos de varios estilos, como el blanco , que hace alusión a su nombre. Elegirlo para esa fecha podría ser atrayente. O bien el delicado ruby , que se identifica por ese color; tiene presencia de frutas rojas y es tan meloso que resulta de maravilla para ese día tan especial.
El elegante tawny o “leonado”, que por su tono marrón pareciera ser una evocadora fusión de notas a frutas confitadas, especiadas o tostadas; tal vez sería el ideal para la celebración.
Así, entre otros tipos, el vintage , de marcado aroma y buen gusto a frutas maduras, se ha ganado el título honorífico de Rey de los Oportos , por lo que podría ser el seductor para la ocasión.
La adecuada combinación de la comida con el vino es conocida como maridaje; el principio es lograr que las composiciones entre plato y vino sean atractivas al paladar; aunque al parecer de algunas personas el tema es subjetivo, lo que se quiere al unirlos es formar una buena mancuerna, con el fin de potencializar en ambos sus cualidades.
La pareja perfecta
En todas las épocas el virtuoso chocolate ha sido un alimento rico por sus propiedades; su dulzura y amargor han embelesado al mundo entero. Es tan apreciado que basta una porción del cacao procesado para volver loco a cuanto terrenal lo pruebe. Sin importar su estado —líquido o solido—, su forma y textura, el grado de dulzura, mucho menos su color, es merecedor de la frase “me envenenas con chocolate”.
Al ser de gusto similar al chocolate, el Oporto crea una sinergia estimulante con éste, de tal manera que al unirse, disminuyen dulzor y fuerza, logrando el equilibrio perfecto; por eso, posiblemente la armonía de texturas, taninos y notas aromáticas que se amalgaman en la deliciosa combinación sugerente para el 14 de febrero dejen un fino recuerdo en el paladar, tan perseverante que perdurará todo el año.
Cupido en el tiempo
Cada año los enamorados regalan al corazón lo más dulce y seducen los sentidos con bombones y chocolates, acompañados de una tarjeta que expresa el sentimiento de quien obsequia, tradición que se estila desde el siglo XIX, cuando hombres y mujeres intercambiaban valentines para fortalecer los lazos de amor y amistad.
La palabra “amor” proviene del latín amare, es decir, profesar cariño, ternura y pasión; por ser un sentimiento, el afecto es desinteresado y debe se recíproco entre dos personas en el Día del Amor y la Amistad, simbolizado con la advocación de San Valentín, patrono de los enamorados, encarnado a su vez por Cupido, quien hace del amor el blanco que atraviesa con su flecha el corazón.
FRASE
Dilo con flores, escríbele una nota y disfruta el día con chocolate y oporto
También puedes leer
