Estilo de vida

María Apaza, la mujer que sana el alma y cuerpo de quienes se acercan a ella

La escritora Elena Poniatowska nombró al pintor Juan Soriano como Niño de Mil Años porque no conoció a María Apaza, una niña sabia de 85 años de edad, la máxima autoridad espiritual de la nación Queros . Y es una niña porque tiene una vitalidad forjada en la sabiduría y el amor que ha cultivado en 70 años de ser la líder espiritual de su gente. Ella aún sabe reír, bromear, cantar, bailar y brincar con espontaneidad. Sorprende su elegante sencillez.

Desde los 20 años de edad, María puede sanar y confortar el alma, incluso el cuerpo, de quienes se acercan a ella. Pero desde antes escuchó el llamado del Universo: a los 16 años sobrevivió a un rayo que le cayó en la cabeza. Así supo que dirigiría a su nación.

Acompañada todo el tiempo de su hijo Jorge, María nos recibe en su pasado viaje a la Ciudad de México y Guadalajara (aunque ya ha compartido sus conocimientos en Europa y África). Su mirada y sonrisa tierna te desarman y antes que admiración y respeto, te inspira dulzura y confianza; ella sólo habla el quechua, pero la expresividad de sus pequeños ojos y los movimientos sencillos y fluidos de sus manos te hablan directo al corazón. Jorge también participa de la plática, siempre con la ayuda de una amable traductora, entonces las barreras del idioma se vuelven meros pretextos. 

El rojo intenso de su falda y su suéter, junto con su sombrero peruano de fieltro café, te remiten a los fotos típicas de los pueblos originarios de Perú. Pero el ambiente del cuarto donde transcurre la entrevista se limpia con sus palabras y te rompe el esquema: hay un sentimiento más antiguo y profundo en su discurso, uno cuya voz resuena en tus recuerdos mexicanos y tus expectativas occidentales de vida. 

“Yo soy María Apaza Machaca, de la nación Queros , descendiente de los incas del Perú, una tradición que se encuentra a cuatro mil metros de altura” son sus primeras palabras…

¿Y pertenece al Cuzco?

Sí, pertenece al Cuzco. Vengo caminado desde el Perú para conocer esta tierra de México trayendo mi cultura. Mi hijo Jorge Samata es pampamisayoc , y yo tengo el grado de altomisayoc (mayor autoridad espiritual).

¿Qué significa?

En quechua significa “el que se comunica con los espíritus mayores”, con las energías de las fuerzas mayores. Pampamisayoc es un grado menor, que trabaja con todo el plano de la tierra: ofrenda, pide, ayuda, sirve de ayuda al altomisayoc ; puede hacer algunos trabajos de limpieza y sanación mediante ofrendas, pero yo hago trabajos mediante cuyas (piedras sagradas). 

Vine a ofrendar a la madre Tierra, vine a dar mi saludo y a compartir mi sabiduría. 

¿Dónde se encuentra la nación Queros y cuáles son las raíces? 

Antes vivíamos escondidos; la sociedad no tenía conocimiento de nuestra existencia. Somos el último reducto inca y salimos hace como sesenta años, antes resguardábamos nuestra sabiduría. Estamos muy cerca de un lugar que se llama Paitití o La Ciudad Perdida de Oro.

Hace 60 años vivíamos y compartíamos varias comunidades —antes eran ocho, ahora son cinco—, porque han ido migrando a la ciudad y han ido desapareciendo; además, nos han invadido las iglesias evangélicas-cristianas y se han ido reduciendo.

Tenemos dos pisos ecológicos, uno de selva y otro de altura —sierra alta—,  a más de cuatro mil metros, casi cinco mil,  y el otro se halla más bajo, a mil 500 metros. Por estios dos pisos nos trasladamos y cultivamos lo que necesitamos de acuerdo con la época.

¿Cuántos habitantes hay en estas comunidades?

Aproximadamente mil 500, entre niños, ancianos y mujeres, pues los jóvenes migran a la ciudad. Por eso tenemos un proyecto internacional de recuperación de los jóvenes, quienes migran a la ciudad para estudiar la secundaria —porque en sus comunidades sólo hay primaria—. En su nueva residencia encuentran un trabajo técnico, dejan la secundaria y la comunidad, es decir, no vuelven.

En el aspecto económico, ¿de qué vive la nación Queros ?

Hasta hace unos años sólo vivíamos del cultivo de maíz, papa y los derivados de ésta, que son el chuno y la moraya , en sus diferentes formas —seco, fresco—; también tenemos la yuca el oyuco , y en la selva hay frutos como la papaya, pero no en grandes cantidades. 

Hasta hace poco preparábamos una despensa con estos productos para todo el año, y luego hacíamos trueque con otras comunidades cercanas para obtener otro tipo de productos. 

En cuanto a los animales, tenemos la llama y la alpaca, la vicuña ya no porque se encuentra en reservas, en lugares muy cuidados. Y de la alpaca hacemos tejidos, como las bolsitas Pucuchu (María muestra la suya), que sirven para guardar la hoja de coca y, al mismo tiempo, llamar la energía de los espíritus para hacer la limpieza.

Este tipo de trabajos que los hacemos desde el trasquilado de la alpaca, luego el hilado y después los telares. En esto participa toda la familia, incluso los varones. Niños, abuelos, mujeres, todos tejen.

¿Cómo obtuvo María el máximo cargo de la nación Queros ?

Desde que nací estaba destinada a tener mi misión en esta vida. Desde muy pequeña ayudé a mi papá a hacer los trabajos de servicio y a los 16 años me cayó un rayo. Los rayos escogen a los sabios andinos, porque el grado de pampamisayoc lo pueden alcanzar muchos, pues todos crecen en la tradición, en esta sabiduría.

Yo estoy en otro nivel de sabiduría, porque el rayo me abrió todos los canales para poder transmitir, sanar, limpiar y algunos trabajos que el pampamisayoc no podría hacer.

¿Qué edad tiene María?

Ochenta y cinco años, aunque aún brinco, bailo, canto… Recibo la energía de las montañas sagradas, los apús ; recibo la energía de la madre tierra, por eso difícilmente voy a envejecer.

Curiosamente, otro altomisayoc de la nación Queros , en lugar de envejecer, cada vez está más joven.

Mi trabajo es bastante fuerte, sin embargo no tengo una vejez normal. Muchos dicen que mi hijo parece mi esposo. 

Cuando hace curaciones María, ¿no siente que esa energía baja?

No, más bien tomo más energía. A veces tengo la energía más bajita, pero cuando empiezo a trabajar, me sube el tono de la voz y me pongo a bailar, a cantar y saltar…

¿María tiene contacto con otras tradiciones culturales y espirituales de América o del mundo?

Antes, en la nación Queros , había varios líderes espirituales, pero han ido muriendo. En todo lo que he caminado no he encontrado a nadie con esas capacidades.

A su paso por México, ¿ presienta que encontrará a alguien así?

Me hubiera gustado conocer o encontrar a alguien de mi mismo nivel para poder compartir el trabajo, pero no.

¿Cómo transmite su sabiduría?

Hasta el nivel de Jorge (su hijo, quien es pampamisayoc. N. de la R. ), se basa en la transmisión oral. Desde la infancia se empieza con los trabajos, las ofrendas, el llamado a los espíritus de las montañas, pero en mi nivel, sólo la naturaleza sabia escoge.

Una vez que fue elegida, ¿María sigue alguna dieta especial o tarea diferente?

Ninguna dieta especial. Eso sí, todo el tiempo tengo la coquita (hojas de coca) que me ayuda con la energía; también es una forma de comunicarse con los espíritus de la naturaleza.

Al margen de eso, mi vida es muy normal; de hecho, mi alimentación es natural, hasta que visitamos la ciudad, pero en realidad en donde vivo la alimentación es muy natural.

¿En qué consisten las curaciones que hace María?

Tengo mis piedras sagradas que se llaman cuyas , y algunas de éstas están destinadas específicamente a la limpieza y otras a sanar y recargar la energía del cuerpo físico.

La pachamama (madre tierra) es algo muy especial para su cultura, ¿con qué dioses se comunican?

Hay una mezcla de dos culturas, la española y la nuestra, como ustedes también: la mexicana y la española (sincretismo religioso). Creemos que hay un dios universal y poderoso, un padre universal que todo lo puede, que ordena y es el que me da el poder para transmitir lo sé.

Jesucristo también es un maestro, pero la divinidad femenina es la pachamama . Los apús son las montañas sagradas; siempre una montaña sagrada masculina tiene su femenino, que es otra montaña también. Tenemos siempre el equilibrio de las dos fuerzas.

De las cuyas , la más grande blanca es de un apú , de Ausangate (la quinta montaña más alta de Perú, a una altitud de casi 6 mil 400 metros sobre el nivel del mar. N. de la R. ). Ausangate es uno de los más fuertes en cuanto a energía. Si visitan Cuzco y van caminando hacia el Ausangate, sentirán esa energía, porque es muy palpable. La otra piedrita es de la madre tierra o pachamama (María muestra orgullosa su piedra).

Algo muy importante dentro de todo este trabajo es el samai o Aire Sagrado, porque todo debe hacerse siempre inhalando y exhalando, para que nunca me quede con la energía de la otra persona. Si te estuviera limpiando a ti, te limpio y luego soplo, te entrego al universo o a la madre tierra. Así, no me cargo de energía pesada.

Hay muchos que han tratado de imitar nuestro trabajo y han enseñado a otras personas a pasarse o tragarse las energías pesadas, pero nosotros no hacemos eso,  simplemente inhalamos y exhalamos. 

El Aire Sagrado tiene dos significados: uno es precisamente aire sagrado y el otro es descanso, es decir, “descanso en lo sagrado”.

Yo cada cierto tiempo tengo iniciaciones o carpais . El carpai es una renovación de energías y fuerza que viene de las montañas; para los pampamisayoc también hay un carpái. También lo hacemos con las personas que se dedican a la medicina o son terapeutas, psicólogos, porque se les abre todos los canales. 

Necesito renovar todo este trabajo, renovar mis energías. Me voy a una montaña alta con algunos pampamisayoc , porque yo misma no puedo hacerme esos carpáis , sino que pido por favor me hagan las nuevas iniciaciones cada vez que lo necesite, las veces que pueda.

Cuando estoy cerca de mi comunidad, cerca de una montaña sagrada, me entrego a la iniciación o carpái .

¿Cómo es la relación del resto de los miembros de la comunidad?

Vivimos en una armonía dulce, en una convivencia de mucha conexión, mucha comunicación. Si me enfermo llamo para que vengan y me curen los otros y cuando ellos me necesitan, yo voy. En la comunidad me respetan, pero el trato es muy similar al de los otros. No ocupo un cargo de gobierno importante, el gobernador y el alcalde son otros.

¿Utiliza alguna ropa en especial para su trabajo?

Cuando hay un parto, hacemos una ofrenda con hojas de coca y así el parto es positivo, muy natural; cuando queremos saber si alguien está enfermo, tocamos un avena y sabemos qué sucede, porque en nuestras comunidades no hay hospitales ni clínicas, sólo hay sanación natural.

Cada persona de cada oficio, por ejemplo, en la obstetricia —si queremos llamarla así—, la persona debe tener su carpái . Y deben reforzar esta sabiduría, porque el partero o la obstetra deben acomodar al bebé de acuerdo a como está en el vientre de la madre, con el fin de que tenga un parto natural, que sea un parto bueno. 

Quien tiene el don y la capacidad de leer las hojas de coca, debe hacerse su carpai o iniciación para reforzar su trabajo.

Es importante este carpai para cada sabio de la comunidad para que no pierda su don.

Hay curaciones corporales y energéticas, ¿cuáles son las diferencias?

La tradición andina contempla las dos. Todo parte del miedo o del susto; cuando tienes una impresión fuerte, el espíritu se fracciona, entonces pierde fuerza y el cuerpo también. El espíritu se manifiesta enfermo mediante depresiones, tristezas, melancolías, más miedo; el cuerpo somatiza las enfermedades y entonces empiezan los dolores. 

Por eso las sanaciones comienzan con una limpieza energética, luego viene la sanación —como una recarga de energía— y después una bendición, como un llamado del espíritu para que se reintegre al cuerpo; al reintegrarse el espíritu, regresa el ánima al cuerpo, es el retorno total de la fuerza vital.

Las dos curaciones son muy fuertes; no hay fuerza que venza a esa energía, a esa duplicidad. No concebimos el espíritu separado del cuerpo, siempre van unidos.

En nuestra sociedad actual, donde se idolatran los bienes materiales, ¿cómo podemos llegar a la armonía?

Yo vengo a dejar el legado de la cultura inca aquí en México, con todo mi corazón, con toda mi alma y mi espíritu.

Es importante reconocer la fuerza y el poder de la madre tierra. La naturaleza bendita se manifiesta de diferentes maneras —como con la lluvia— y debemos pedir esa energía para nosotros mismos, para que podamos convivir en armonía y con mucho amor, abriendo nuestro corazón. 

Es importante reconocer esa fuerza, pues la madre tierra nos acoge en su seno; si no lo hiciera así, ningún bien material podría servirnos porque no tendríamos un suelo de dónde sostenernos.

¿Cuáles son los valores que esta sociedad debería recuperar para lograr el  equilibrio?

Abrir el corazón al amor, al munai —que sería el corazón interior— y valorar la salud. Esto es importante. Todos van, vienen y corren, están desesperados sin comer, sin dormir… valoran más el trabajo y cómo conseguir cosas materiales, pero deterioran su salud. 

Por eso, en las ofrendas, primero se pide por la salud, luego por lo que correspondería al dinero y en tercer lugar se halla el amor o la armonía con las relaciones.

Si no estás sano, no puedes tener dinero; si no tienes salud ni dinero, no te serviría de nada tener un amor con el cual convivir, no podrías. Si no hay salud, no podemos trabajar y quedamos sin dinero porque no producimos lo que debemos; tampoco podemos compartirlo con alguien que queremos, porque nos envolvemos en rencillas.

¿Cómo aprenderíamos a abrir el corazón?

No es difícil, sólo tiene que pedirse. Pedir a la energía de la madre tierra, a las energías del universo, la fuerza necesaria, la salud para convivir en armonía. Yo he abierto totalmente mi corazón a todo México, dejando ese amor aquí en México, en Vallarta, en San Miguel, en todos los lugares de Guadalajara que he visitado.

La respiración pneuma que practica, ¿en qué consiste?, ¿nos podría dar algunos consejos al respecto?

Consiste en inhalación y exhalación como si fuera una oración. Al inhalar pedimos lo que necesitamos; al exhalar, lo que podemos dar: Todo el tiempo debe ser así: una inhalación y una exhalación continua de amor, de calma, de paz, conscientes de lo que queramos inhalar y exhalar. 

La mayor parte de las personas se han acostumbrado a respirar en automático, sin darse cuenta hasta que falta aire. Para nosotros es parte del cotidiano vivir, cuando vamos a comer siempre soplamos y agradecemos (María respira profundamente). Sin esto no podríamos vivir, todo comienza con la respiración.

¿Se puede visitar la comunidad donde vive para aprender estos conocimientos?

Ahora ya está más abierto, pero la gente externa debe tener contacto con alguien de la comunidad para que pueda llevarlos. Si bien es cierto ahora ya hay carreteras que conectan con algunas comunidades, en algunas se debe llegar a pie o a caballo, felizmente digo yo, porque así no hay una invasión de estos lugares que son muy bellos —hay quienes están enfermando a la madre tierra con tanto escavar minas, como los lavaderos de oro—.

Ahora que visitó la Ciudad de México y Guadalajara, ¿qué toma de esta sociedad y qué no?

Hay una diferencia abismal entre una gran ciudad y el lugar de donde vengo. En mi comunidad hay grandes montañas en lugar de edificios altos; hay mucho aire y poca población, y una ciudad grande… ¿Qué de malo o bueno podríamos tomar de un lugar tan diferente al nuestro? Nosotros vivimos a nuestra manera y ustedes a la suya. 

Creo que no podríamos adecuarnos a esta forma de vida, y ustedes podrían estar un tiempo en una comunidad como la nuestra, pero siempre querrán volver a su lugar.

¿Cómo es un día normal donde vive?

En la mañana, muy temprano —las tres de la mañana— empezamos a cocinar para los varones y nosotras; desayunar máximo a las cuatro de la mañana, para iniciar la chacra , las mujeres se van a pastear el ganado.

Pero nos turnamos. Un día una familia se dedica a pastear y la otra familia se dedica a hacer los tejidos; la cocina sí la hacemos todas las mujeres, aunque los niños también se dedican, apenas pueden se van a pastear el ganado. 

Hasta hace muy poco las mujeres no tenían acceso a la educación, ahora ya; antes la mujer se dedicaba solamente a la cocina, los telares y pastear el ganado…

Hace muchos años, cuando era muy pequeña, los varones de mi comunidad no usaban pantalones largos, sino muy cortos, se llamaba “calzón”; vestían una especie de pocho corto llamado unko .

Cuando empezaron a entrar los terratenientes a la comunidad, les teníamos terror, escapábamos y nos escondíamos donde podíamos, sobre todo los varoncitos, quienes no podían estar a la vista porque se los llevaban para el trabajo duro.

En ese tiempo sólo se mostraban los ancianos y saludaban con mucha reverencia, pero a los jóvenes y a los niños los escondían porque si no, se los llevaban… 

(En ese momento, interrumpe su hijo Jorge intentando explicar la situación, a lo que María responde con un regaño juguetón: “tú no sabes porque no estabas, yo sí”, y las risas estallan.)

¿María está casada?

Dos veces viuda.

¿Qué la alegra, qué la entristece?

Canto y bailo todo lo que es de mi comunidad, la sabiduría de la nación Queros . Ando muy contenta compartiendo la energía de las montañas; me siento triste cuando no estoy haciendo algo por los demás, cuando me quedo en casa y no tengo con quién compartir.

La admiración 

Jorge es el hijo de María Apaza. Él es un pampamisayoc . Vestido con el poncho y el sombrero típico de la tradición inca, todo el tiempo se mantiene sentado junto a María, pincelando la charla con algunos comentarios. Y habla de ella:

¿Qué admira Jorge de su mamá?

Desde muy pequeño me sorprende y admiro la sabiduría de María. He sido testigo de cómo habla y cómo los espíritus de la naturaleza hablan con ella y se manifiestan con una voz física, digamos. 

He ido aprendiendo la enseñanza de María desde muy pequeño y sigo aprendiendo todo lo que ella me puede inculcar.

¿Tienes hijos?

Me casé dos veces. Con mi primera esposa —que murió— tuve tres hijos y ahora, con mi segunda esposa, tengo otros tres.

¿Y también está aprendiendo?   

Sí, vienen también con la sabiduría. En las hojas de coca ven dónde está ese conocimiento. Mis hijos mayores sólo sacan algunas hojitas de la bolsita de coca y ya pueden ver qué está sucediendo. 

Mi hija Bertha tiene ese don más acentuado. No todos tienen el don, pero algunos continúan haciendo ofrendas. 

La patria grande

Todos somos parte del mismo universo, somos hermanos y hermanas; padres y madres convivimos en la misma nación, el mismo país, el mismo mundo.

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