No tienes por qué limitarte sólo a la posición donde tú estés arriba. Aquí te daremos cuatro versiones donde tú tomas el control de la relación sexual. Te aseguro que él disfrutará al no ser el que lleve el mando.

Vaquera

Con él acostado boca arriba, baja tu cuerpo para que te penetre mirando hacia sus pies y con tus rodillas a cada lado de su torso. Inclínate hacia atrás formando un arco. Pídele que sujete las caderas para apoyarte y guiar los movimientos.

Lo mejor: Tú diriges el placer, ya que controlas la velocidad y la profundidad de penetración.  

Vaquera invertida

Con él boca arriba, planta tus pies firmemente en la cama y pon tus manos en sus hombros. Baja tu cuerpo para que su pene entre en tu interior. Él puede sujetar tus caderas para equilibrarte. Con tus pies como palanca, muévete de arriba abajo como un pistón, tan rápido como puedas.

Lo mejor: Es que tú puedes alternar y escoger qué movimientos quieres, si más profundos o más superficiales.

Postura del jinete lateral

Él se acuesta boca arriba, mientras tú bajas tu cuerpo a su regazo, con las piernas perpendiculares a su pelvis, y guías su pene a tu interior. Coloca tus manos detrás para apoyarte y muévete de arriba hacia abajo con cuidado de no lastimarlo, mientras él te ayuda a mantener el equilibrio.

Lo mejor: Es un movimiento muy bueno si él es de talla pequeña o desea sentirlo más ajustado. Sólo tienes que hacerlo con cuidado.

El loto

Él se sienta, y tú de frente a él, te sientas en su regazo. Ponte a horcajadas y guía su pene dentro de ti. Mientras él cruza las piernas, enrosca las tuyas en su cintura y coloca tus manos alrededor de su cuello, mientras él pone las suyas bajo tus caderas.  

Lo mejor: Esta es una posición que requiere que se muevan lentamente de un lado a otro, y te da un largo y sensual orgasmo.

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