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8 mitos que noquean tu bolsillo y te hacen perder dinero

¿Sabías que los mexicanos desperdician entre 20 y 30% de la quincena por pecar de inocentes y creer puras mentiras sobre cómo se debe manejar el dinero?

La Condusef evidenció que los mitos financieros —como pensar que ahorrar es guardar lo que te sobra o invertir es sólo para ricos— hace que las familias pierdan la oportunidad de cambiar su guardarropa, comprar un auto, vacacionar y evitar las deudas.

Para conocer cuáles son los puntos más recurrentes, revisa la siguiente lista:   

MITO 1: tengo el control de mis finanzas de manera mental   
REALIDAD: muchas veces sales con algo de dinero y te cuesta recordar en qué lo usas; entonces, ¡imagínate! qué complicado es tener control mental de una quincena o un mes. Lo recomendable es que tengas un presupuesto escrito, donde registres tus gastos diarios para después compararlos con tus ingresos, así sabrás en qué desperdicias tu dinero, para convertirlo en ahorro y usarlo en algo de mayor bienestar.

MITO 2: no me alcanza para ahorrar
REALIDAD: una creencia errónea es decir que no ganas lo suficiente para cumplir tal objetivo. El ahorro no es un problema de ingresos y puedes tenerlo de acuerdo a tus posibilidades; lo importante es dar el primer paso y formar el hábito. Para ello, necesitas organización y sobre todo, disciplina.
Recuerda: ahorrar no es guardar el dinero que te sobra, sino reservar una cantidad fija de manera habitual: 5,10 o 15% de tus ingresos. Para no morir en el intento, incluye este rubro en tu presupuesto para determinar cuánto guardarás y cada cuándo.

MITO 3: el mejor lugar para tener el dinero es mi casa
REALIDAD: esta creencia te puede salir muy cara. Si guardas tu dinero en el hogar, te arriesgas a perderlo, te roben o lo malgastes. Tampoco es aconsejable confiar tus ahorros en una tanda, porque quien la organiza se puede quedar con ellos. Cuando guardas tu dinero bajo el colchón, éste pierde poder de compra frente a la inflación y cada día te alcanzará para adquirir menos artículos. Así que lo ideal es depositarlo en una cuenta bancaria o fondo de inversión.

MITO 4: es más barato comprar casa que rentar   
REALIDAD: no necesariamente. Si no cuentas con un ahorro suficiente para dar un enganche de por lo menos 35%, contratar un crédito hipotecario no es alternativa, pues la mayor parte de tu mensualidad se irá al pago de intereses. En estos casos la opción es seguir rentando. Recuerda que antes de adquirir cualquier tipo de préstamo es necesario que verifiques tu capacidad de pago.

MITO 5: si compro a meses sin intereses, nunca pagaré un solo peso de réditos
REALIDAD: la mayoría de los contratos de tarjetas de crédito prevén que ante cualquier incumplimiento en un esquema de pagos fijos o meses sin intereses, el banco puede cancelar el beneficio y cargar a la cuenta revolvente el saldo total pendiente, aplicando la tasa de interés correspondiente.
Generalmente se envía a la cuenta revolvente sólo la mensualidad que no se pagó. Lo que es un hecho, es que cualquier incumplimiento generará réditos y comisiones.

MITO 6: los seguros son innecesarios
REALIDAD:
todos los días estás expuesto a muchos riesgos, por factores que no no puedes controlar: accidentes, desastres naturales o enfermedades. Lo mejor que puedes hacer es contratar un seguro que responda ante tales eventualidades.
La recomendación es hacer un esfuerzo para comprar un póliza de vida para el proveedor del hogar, de gastos médicos para tus seres queridos y alguna cobertura escolar que garantice los estudios universitarios de tus hijos.

MITO 7: para invertir tengo que ser rico  
REALIDAD: se trata de una creencia errónea. En la actualidad  existen varios instrumentos de inversión. Por ejemplo, ¿sabías que puedes empezar a destinar desde 100 pesos con Cetesdirecto?
Se trata de un instrumento seguro, con garantía del Gobierno federal que, si bien tiene un rendimiento bajo, es recomendable para inversionistas conservadores que apenas están familiarizándose con el tema.

MITO 8: no me debo preocupar por el retiro laboral, pues soy joven     
REALIDAD: desde que empiezas a trabajar debes interesarte en ahorrar para tu retiro, el único responsable de la calidad de vida que tendrás durante la vejez eres tú. Por ello, debes asumir esa responsabilidad desde hoy. Ahorra para tu retiro en una Afore; asimismo, realiza aportaciones voluntarias de acuerdo a tus posibilidades.

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