La noticia lleva varios días en los medios: en los jardines de Francia y Alemania se roban las hortensias para fumarlas como si fueran porros, pero ¡ojo! puede ser muy peligroso.
La combustión de hojas y tallos de esta esplendorosa flor ornamental, originaria de Asia, genera cianuro de hidrógeno, componente letal del famoso gas ciclón con el que los nazis exterminaban a los judíos, según Mariano Sánchez, conservador jefe de horticultura del Real Jardín Botánico de Madrid.
Advierte además de que el cianuro se acumula en el cuerpo y de que el alcohol puede potenciar los efectos de fumar este nuevo sustitutivo de la marihuana, porque actúa como vasodilatador.
El cianuro de hidrógeno (HCN) o ácido cianhídrico, es un líquido incoloro, muy venenoso y altamente volátil, que hierve a 26 grados centígrados, o por lo menos así lo advierte el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes.
El HCN se produce en grandes cantidades en todo el mundo por la industria química para usar en tintes, explosivos, producción de plásticos.
Y según la misma web, también las frutas que tienen una semilla grande, como el aguacate o el albaricoque, generalmente contienen pequeñas cantidades de cianuro de hidrógeno en la misma, y en las almendras amargas, de las que se extrae el aceite de almendra.
Además, añade, “es posible la emisión de esta sustancia en los gases producidos por motores de vehículos y en el humo del tabaco”.
Si se produce una exposición de corta duración, la sustancia es irritante en ojos y en el tracto respiratorio y puede causar efectos en la respiración celular, dando lugar a convulsiones y pérdida del conocimiento, pudiendo incluso llegar a producir la muerte.
La evaporación de esta sustancia a 20 grados, produce una concentración nociva de la misma en el aire, provocando confusión mental, somnolencia, dolor de cabeza, náuseas, convulsiones, jadeo, pérdida del conocimiento y enrojecimiento de los ojos.
De acuerdo con las informaciones publicadas por los medios, se sabe del robo de esta flor en la región de Calais (Francia), y en parques y cementerios de Baviera (Alemania) y se sospecha de la aparición de un mercado de estupefacientes sustitutivo de la marihuana.