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Fallece rey de Tailandia, el que más ha durado en el trono

Tras reinar durante 70 años y ser considerado casi un dios, Bhumibol Adulyadej, el rey de Tailandia ha fallecido hoy a sus 88 años

El rey Bhumibol de Tailandia, el monarca que más duró en el trono en el mundo, fallecio este jueves con 88 años de edad. El palacio indicó que el rey murió en paz en el hospital Siriraj de Bangkok.

El alguna vez vigoroso rey se retiró de la vida pública en la última década debido a su deteriorada salud. Vivía en un hospital de Bangkok y permaneció notoriamente en silencio mientras la agitación política sacudía a Tailandia en los últimos años.

El rey tailandés se distinguía por varios motivos pero si algo le diferenciaba de otros monarcas es que no sonreía en público.

Esa expresión hierática fue objeto de numerosas interpretaciones pero no tenía explicación oficial y sorprendía aún más en un reino como Tailandia, que es conocido popularmente y se promociona en los folletos turísticos como «el país de las mil sonrisas».

«El Rey nunca sonríe» es un libro publicado en 2006 en que el periodista Paul M.Handley recurrió a ese gesto adusto como hilo conductor para narrar la vida de quien, con 70 años en el trono, era el decano de los jefes de Estado y el soberano más rico del planeta.

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Se trata de una biografía no autorizada en la que Handley apunta que esa actitud era la forma que Bhumibol empleaba para mostrar pese a su fortuna personal -cifrada en más de 30.000 millones de dólares- su desapego por los asuntos terrenales en sus apariciones públicas.

Ese comportamiento era más ceremonial que emocional, de acuerdo con el abanico de aficiones mundanas de un monarca que, tanto en su juventud como en su edad adulta, practicó la fotografía, la música, el baile, la pintura, el deporte y la literatura.

Y que llegó a estrenar en 1950 una obra en Broadway, PeepShow, basada en sus composiciones de jazz, un género que le apasionaba.

La imperturbabilidad forma parte, no obstante, del ideal budista, que Bhumibol trató de cultivar con esmero ante sus súbditos.

«No sé por qué no sonreía en público. Es algo que ignoro. Habría que habérselo preguntado a él», afirmó en declaraciones Thonthong Chandransu, profesor de la Universidad Chulalongkorn y experto en la Casa Real.

«Fue muy serio en el trabajo, pero en privado claro que sonreía y disfrutaba mucho, sobre todo cuando tocaba el saxo, que era uno de sus pasatiempos favoritos», comentó el especialista.

Thongthong no descartó que la inexpresividad aparentemente ritual de Bhumibol respondiera a razones religiosas en un país donde la abrumadora mayoría de sus súbditos profesa el budismo y buena parte de ellos pensaba que su rey tenía naturaleza semi-divina.

Aunque su papel en el sistema parlamentario se reducía a funciones de representación, el monarca fallecido no dudó en garantizar la estabilidad institucional y la continuidad monárquica con instrumentos que los observadores califican de «políticos».

Bhumibol se parapetó durante su reinado en la ley de lesa majestad, que contempla duras penas a quien injurie a la Casa Real.

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