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Una vez al año, en el municipio de Alvarado, Veracruz, sólo hay “mujeres”. Como parte de los festejos a la Virgen del Rosario, Patrona de la alcaldía, los varones usan vestidos, faldas y blusones, se maquillan y retocan el cabello.
El evento es conocido como el “Encierro de Burros”. Los hombres, ataviados con vestidos de lujo, zapatillas y bolsas, no tienen pudor en salir a las calles del ayuntamiento a bailar, cantar y mostrar su lado femenino. No importa la edad, niños, jóvenes, adultos y ancianos participan.
La fiesta termina cuando las “mujeres” son encerradas en un pequeño corral, donde todas bailan y hacen parodias de artistas o los funcionarios locales. Obvio, en lugar de bellos corceles, los asistentes llegan en burros, expresión de virilidad.
Según la historia, la representación es una parodia al desfile que en la época de la Colonia llevaban a cabo las damas más importantes y de abolengo, quienes sobre caballos paseaban caprichosas por las calles de la entonces llamada Villa de San Cristóbal Alvarado.
Tras varias muestras de poder, unos jóvenes decidieron imitar a las damas, vistiendo prendas pomposas, maquillados grotescamente y sobre burros, generando la burla y diversión de la clase baja. A partir de ahí, la tradición se quedó.
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