Durante los últimos años, la Virgen de Guadalupe es el consuelo y hasta la solución más confiable ante los problemas económicos, sociales y casos de violencia causados por las decisiones no tomadas, incapacidad o descuido de los gobernantes, autoridades civiles e, incluso, representantes religiosos de nuestro país.
Así lo expuso el padre Alberto Medel, maestro de Ceremonias Litúrgicas de la Basílica de Guadalupe, quien explicó que la Señora del Tepeyac se ha convertido, en los últimos años en el consuelo de millones de personas que piden por la paz de sus comunidades, los efectos de la crisis económica y la violencia que, lamentablemente, hay en algunas zonas.
“Una de las peticiones más sentidas que los fieles presentan es el fin de la violencia, el término de los asaltos y las acciones que ponen en riesgo su integridad o la de sus familias; ello vienen a perdile la paz y arreglo a los conflictos políticos de sus pueblos.
En una entrevista con Publimetro, el padre explicó que la devoción y esperanza que inspira la figura de María, en su adveración de la Virgen de Guadalupe, hace que “los gobernantes del país o del extranjero que se asumen católicos y no tienen vergüenza de decirlo, piden a la Santísima Virgen por el ejercicio de su trabajo, como lo hace cualquier otra persona.
Peticiones más frecuentes
Durante los últimos años, los peregrinos que llegan a la Basílica de Guadalupe solicitan:
• Salud personal. O el bienestar físico para sus sus hijos y personas más queridas.
• Solución a sus problemas. En su hogar o con sus familiares.
• Respuesta a los daños. Que provocan las crisis económicas, el desempleo y la falta de oportunidades de desarrollo.
• Fin de la violencia. Y un alto a la inseguridad, a los delitos y acciones que los golpean en su integridad fisica, moral y social.
Historias
La Virgen me ayudo a vivir mejor
“Ella es madre de Dios y madre de todos los mexicanos. Desde niña vengo, porque no sólo ha permitido que mis hijos se desarrollen por el buen camino, sino que ella ha resuelto la falta de trabajo y dinero en mi casa”.
Ésta es la experiencia de Martha Ortiz, madre de cuatro hijos, quien cada año acude a visitar a la Señora del Tepeyac, no solo para pedirle milagros, sino para darle gracias “por todas las bendiciones que me provee”.
Al referirse a la importancia que la Morenita asume ante los problemas del país, dijo que “ni el Gobierno ni los diputados o los delegados de la colonia, han hecho ni tantito de lo que la Virgencita me ha solucionado.
“Ella no pone calles ni aprueba leyes, mucho menos se roba los impuestos; pero sí atiende a todos sus hijos y la devoción es tan grande que no hay imposibles”, dijo.
