Todos los días Xavier pide un Uber para llegar a su trabajo, pero la noche del pasado domingo lo solicitó por una razón muy particular. En la tranquilidad de su hogar, Itzel, su esposa, rompió la fuente y Xavier no lo pensó dos veces para solicitar un Uber y llegar lo más pronto posible al hospital.
César fue el conductor que recibió la alerta del servicio solicitado, quien al llegar al domicilio, de inmediato se percató de que la usuaria estaba embarazada y notó que se encontraba agitada por lo que en un principio manejó lento y con cuidado para no afectarla.
“Había baches, topes y hasta encharcamientos. Yo noté que se quejaba cuando pasaba por uno y procuré manejar con mucho cuidado”, comenta César.
Momentos después la mujer comenzó a gritar de dolor y su esposo, entre gritos, le pidió al conductor manejar más rápido. César sintió una gran presión porque por un lado la mujer gritaba de dolor, por otro Xavier le pedía conducir más rápido y él por su parte se preocupaba por no rebasar los límites de velocidad.
Cuando César volteó al asiento de atrás, se dio cuenta de que Itzel estaba en labor de parto, por lo que sugirió al matrimonio llamar a una patrulla o ambulancia con la finalidad de recibir auxilio, sin embargo los padres no quisieron perder tiempo y le pidieron al conductor que siguiera rumbo al hospital y que condujera más rápido.
Circulaban sobre Churubusco cuando de pronto, entre todo el movimiento y gritos, César comenzó a escuchar un llanto de bebé ¡fue niña!
Al llegar al Hospital del IMSS de Gineco Obstetricia 4, César pudo ingresar con la familia en el Uber a la zona de ambulancias e incluso dio testimonio a los médicos del nacimiento de la bebé en el coche.
Preocupado por la salud de la mamá y la pequeña, el conductor, esperó hasta que ambas fueran atendidas y se confirmara que se encontraban en buen estado.
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