Felipe Rodríguez Salgado, “El Cepillo” o “El Terco”, lugarteniente del grupo criminal Guerreros Unidos, afirmó que junto con cuatro cómplices asesinaron a balazos a 15 normalistas de Ayotzinapa.
En su declaración a la PGR, al cual Milenio tuvo acceso, afirmó que 25 estudiantes más murieron por asfixia. “El Cepillo” manifestó que supo que las víctimas eran alumnos y no delincuentes, luego de que policías de Iguala y Cocula se los entregaran.
Comentó que la noche del 26 de septiembre de 2014, recibió una llamada del Cabo Gil (Gildardo López, lugarteniente del líder del grupo delincuencial citado, Sidronio Casarrubias), quien le dijo se movilizara a Iguala pues tenían un enfrentamiento con el grupo Los Rojos.
Él, junto con “El Pato”, “Jona”, “Bimbo”, “Duvalín”, “Huasaco” y “El Guereque”, abordaron una camioneta para ayudar a Gildardo López. Llegaron a Loma de Coyotes donde estaban los alumnos escoltados por policías y “El Cabo Gil”.
Dijo que subieron a los normalistas en el vehículo de rediles y se dirigieron al basurero de Cocula, pero “unos 25 ya iban muertos por asfixia” y quedaban “unos 15 vivos”, quienes fueron ejecutados a balazos y calcinados, posteriormente.
“El Cabo Gil” le ordenó que revisará que se habían quemado completamente, pues empezaron a incinerarlos desde la madrugada del 27 de septiembre y que a las 17:00 horas de ese día todavía no terminaban de calcinarse.
Después, levantaron las cenizas y metieron los restos en bolsas negras de plástico que lanzaron al río San Juan de Cocula.
Desde 2005, “El Cepillo” trabajaba con “Guerreros Unidos”. “El Cabo Gil” le asignó funciones de halcón hasta que se convirtió en gente operativo en Cocula e Iguala.
PADRES NO CREEN EN LA VERSIÓN DE “EL CEPILLO”
El vocero de los familiares de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, Felipe de la Cruz, expresó que no creen en “nada que salga de la PGR, porque para nosotros todo está montado”.
Expresó que continuarán con la exigencia de que las autoridades demuestren de manera científica la muerte de los jóvenes “porque no podemos creer nada más en la palabra de un delincuente”.
De la Cruz declaró que parece que “es como un teatro, algo preparado para que la sociedad y nosotros creamos que es cierto lo que ellos dicen”. Afirmó que no creen en la veracidad de la PGR porque hay “muchas inconsistencias”.
