A un año de la participación de la iniciativa privada en los centros penitenciarios de la Ciudad de México el problema de la sobrepoblación en las cárceles capitalinas no se ha resuelto.
Y es que desde septiembre y junio de 2015 operan en la capital los Centros Varoniles de Seguridad Penitenciaria (CEVASEP) I y II, respectivamente, que tienen como modelo el sistema penitenciario de Estados Unidos.
Los CEVASEP se construyeron bajo el esquema de Contratos de Prestación de Servicios (CPS), en los que según información de la Agencia de Promoción, Inversión y Desarrollo para la Ciudad de México, (ProCDMX), la inversión privada contribuyó con 870 millones de pesos.
Mientras que el gobierno capitalino aportó un terreno de 86 mil 652 metros cuadrados para que las empresa Infraseg y Cevaseg construyeran dichos centros.
No obstante, Carlos De la Rosa experto en sistema penitenciaro consideró que la privatización de las cárceles es una salida fácil y arriesgada.
“La labor del Estado es proveer seguridad y justicia. Entonces, administrar el sistema penitenciario se encuentra en el corazón mismo de sus funciones, por lo que otorgarle esa administración a particulares es renunciar a una de sus tareas esenciales”.
En entrevista con Publimetro, el abogado por la UNAM dijo que la solución no es construir más prisiones sino cambiar el enfoque penitenciario.
«Se están ateniendo los efectos y no las causas, porque el problema es que en las cárceles mexicanas cuatro de cada 10 reclusos no cuentan con sentencia. Se debe disminuir el uso de la prisión preventiva y generar mecanismos de monitoreo para que las personas puedan llevar sus procesos en libertad», argumentó.
Datos del Cuaderno Mensual de Información Estadística Penitenciaria Nacional, señalan que los 13 centros penitenciarios que existen en la capital registraron una sobrepoblación del 40.78 por ciento, pues hasta julio de este año contaban con una población de 33 mil 712 reclusos.
Mientras que los dos CEVASEP operaban -hasta el 26 de agosto de este año- a 25 por ciento de su capacidad, ya que tenían recluidos a 396 personas, 221 en el I y 175 en el II; mientras que la capacidad de los dos recintos es de mil 536 internos, de acuerdo con datos obtenidos vía transparencia por esta casa editorial.
El delito por el cual más personas están recluidos es el secuestro con 161 presos; le sigue el homicidio con 74; la violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos con 46; robo calificado con 44 y la delincuencia organizada con 18.
Le siguen delitos sexuales con 17; delitos contra la salud con 10; extorsión y lesiones con tres y robo simple con dos.
No obstante, el estudio Privatización del sistema penitenciario en México, que realizó Documenta A.C. refiere que el bajo porcentaje de ocupación de los CEVASEP se debe a que dichos centros de máxima seguridad se edificaron en una ciudad donde la población fue sentenciada por el delito de robo.
Otras experiencias
A decir de Carlos De la Rosa es un error seguir el modelo penitenciario de Estados Unidos, ya que en dicho país ha fracasado su implementación.
Ejemplo de ello, es que desde agosto pasado el Departamento de Justicia de los Estados Unidos anunció que no seguirá el modelo de cárceles privatizadas, ya que se demostró que no mejoran las condiciones de vida de los internos y tampoco garantizan mejores condiciones de seguridad.
Por ello, argumentó el experto, se debe aprender de países como Noruega.
«En primer lugar evitan que mucha gente llegue a la cárcel porque existen mecanismos de monitoreo para que las personas vivan sus procesos en libertad. No existe una sobre-criminalización de conductas como pasa en México.
«Al final la cantidad de personas encarceladas no es mayor y entonces Estado sí tiene la capacidad de proveerles condiciones de vida dignas».
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