Taxistas Organizados de la Ciudad de México amagaron con emprender una serie de actos ilegales en el servicio de transporte concesionado individual, debido al consentimiento del Gobierno del DF para la operación de las aplicaciones Uber y Cabify.
En conferencia de prensa, dirigentes del gremio mencionaron que dejarán de pagar la Revista Vehicular, ya no cambiarán la cromática y no renovarán tarjetones, para estar en apego a las “nuevas reglas que se imponen desde el Gobierno Capitalino”.
Daniel Medina, representante de la asociación de taxistas, mencionó que pese a la intención de recurrir en acciones de ilegalidad, no romperán el diiálogo con las autoridades, por lo que confirmó su asistencia a la reunión programada para el próximo lunes.
De manera simbólica, los transportistas quemaron impresiones de placas de taxis así como algunas de tarjetones.
Ayer, la Comisión Federal de Competencia Económica emitió un comunicado en el que señaló que Uber puede continuar en operación sin incurrir en ningún delito, debido a que no existe una normativa legal clara que lo impida. Además, lanzaron un llamado al GDF para que no impusiera restricciones injustificadas que limiten la competencia.
Al respecto, Felipe García Cuevas, asociado senior del despacho SAI, Derecho y economía, declaró en una entrevista con Publimetro que Uber reconoció un nuevo concepto económico y tecnológico que, junto a las necesidades de servicio de transporte, ha podido satisfacer la necesidad de usuarios que anteriormente no tenían ese nicho.
“Si bien pudiera parecer no benéfico para algunos agentes económicos participantes en el mercado de transporte individual, la verdad es que tenemos que estar conscientes de que el mercado debe adaptarse a las nuevas necesidades de los usuarios y al nuevo concepto”, dijo.
Opinó que en el desarrollo de cualquier mercado puede haber restricciones normativas dirigidas a cumplir cierto objetivo, pero muchas veces la evolución del mercado permite que algunas restricciones puedan ser superados. En ese sentido, detalló que el GDF debe de evitar una regulación demasiado estricta de las apps y sólo aplicarla en aspectos muy necesarios, como la seguridad.
