Veneno prohibido, el que mató a perros de La Condesa

Hasta hace algunos años, en mercados de la ciudad de México era sencillo encontrar estricnina, utilizado como veneno para ratas; pero este elemento químico está prohibido en la actualidad, por lo que, en teoría, nadie debería ocuparlo

Los primeros resultados de los peritajes por la muerte de perros en La Condesa han salido a la luz: la Procuraduría General de Justicia del DF dio a conocer que en los cuerpos analizados se encontró fósforo de zinc y estricnina, siendo éste último un veneno prohibido en el país desde hace al menos diez años.

Aunque las investigaciones siguen en curso, se confirma la primera versión del caso que apuntaba a que los perros consumieron alimento con raticida. Los dueños de los canes desestiman que se trate de un consumo por descuido, pues todo apunta a que el veneno fue colocado con la intención de matar a las mascotas, por ello temen que continúen los envenenamientos.

Hasta hace algunos años, en mercados de la ciudad de México era sencillo encontrar estricnina, utilizado como veneno para ratas; pero este elemento químico está prohibido en la actualidad, por lo que, en teoría, nadie debería ocuparlo, señaló en una entrevista con Publimetro Gabriel Ruiz Cervantes, catedrático investigador de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán.

El veterinario zootecnista señaló que entre 15 y 30 miligramos de estricnina es una dosis letal y, una vez que se consume, se absorbe rápidamente por vía oral a la mayoría de los tejidos, llega a la corteza cerebral y donde más afecta es a la médula espinal, causando la muerte en un periodo de 20 a 30 minutos.  

Así le ocurrió a Daisy, una de las mascotas envenenadas. Caroline Owen, dueña del ejemplar, platicó con Publimetro sobre los primeros signos que presentó su perra después de consumir el raticida: vómito, convulsiones, una exaltación a tal grado que el colmillo de Daisy hirió en la nariz a Caroline, quien tuvo que recibir cinco puntadas.

El veterinario explicó que al llegar el veneno a la médula espinal, hace que con cualquier estímulo se propague en las células motoras, por lo que muchos músculos se manifiestan con espasmos y convulsiones.

“Los músculos de mueven, se contraen, hay arqueo de cuello, rigidez de los miembros toráxicos. Una vez que se consumió el producto, las manifestaciones se dan entre los 10 y 20 minutos, si no se le da un tratamiento rápido al paciente, éste puede morir por deficiencia respiratoria”, dijo.

El especialista mencionó que no hay antídoto para detener el daño, lo único que se puede hacer es poner un producto que provoque el vómito o  un lavado gástrico.

El especialista mencionó que un factor determinante para la atención de los envenenamientos es el tiempo, porque los dueños piensan que las convulsiones de sus mascotas se les quitarán solas y,  cuando los llevan al veterinario, ya es muy tarde.

“Este tipo de casos los atendí hace mucho tiempo, y era una época en la que no sabíamos con certeza qué era lo que tenían los pobres pacientes, porque sólo llegaban convulsionándose. La mayoría de elos pacientes que llevaban de urgencia a las clínicas veterinarias ya tenían horas con los síntomas y cuando los queríamos atender prácticamente tratábamos con un moribundo”, dijo.

En ese sentido, opinó que es “muy probable” que quien coloque estricnina en un parque sepa perfectamente lo que hace e, incluso puede tratarse de una persona autorizada para la adquisición de dicho elemento.

Ante el hallazgo del veneno en los cuerpos analizados, el veterinario indicó que deben investigarse las fuentes de la estricnina, es decir, saber dónde venden.

“En mi época había gente que en el mercado vendía veneno para ratas, sin ningún control. Entonces, si estas son sustancias controladas, a través d ela Secretaría de Salud, debería buscarse dónde hay un laboratorio o una clínica veterinaria que pudiera tener este tipo de productos”, dijo.
 

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