El presidente de Chile, Sebastián Piñera, fue rebautizado por alguno de sus homólogos latinoamericanos y caribeños como Sebastián “Piñeira”, durante la cumbre de la Celac que tiene lugar en Santiago.
Si el domingo fue la mandataria argentina, Cristina Fernández, quién se refirió ante los periodistas sobre sus diálogos con el presidente chileno, “Sebastián Piñeira”, este lunes el desliz se produjo en reiteradas ocasiones durante la reanudación de los trabajos de la Celac.
El primero fue el gobernante mexicano, Enrique Peña Nieto, quien mezcló piñeras y piñeiras sin distinción, a pesar de que ayer en una declaración conjunta con sus pares de la Alianza del Pacífico acertó en su única mención.
El pleno continuó con la intervención de Danilo Medina, presidente de República Dominicana, uno de los pocos que al comienzo de esta jornada respetó el apellido de origen español del anfitrión.
No fue el caso de los centroamericanos Otto Pérez Molina, de Guatemala, ni de Laura Chinchilla, de Costa Rica, que antes de sus palabras de agradecimiento al mandatario venezolano, Hugo Chávez, por la creación de Petrocaribe y sobre la regulación del comercio de armas de fuego, respectivamente, cayeron en la misma equivocación.
Los discursos de los dirigentes posteriores, entre ellos Evo Morales o Raúl Castro , optaron por respetar la herencia paterna de la cédula de identidad de Sebastián Piñera, a excepción de Salvador Sánchez, vicepresidente de El Salvador, que volvió por los mismos fueros que algunos de sus homólogos.
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