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¿Se tiene que aumentar el salario mínimo? ¿Hay condiciones o es una medida populista?

Ivonne Álvarez, PRI

Todos quisiéramos que los salarios de los mexicanos, particularmente de los que menos tienen, aumentaran. Sin embargo, las medidas que deben llevarse a cabo requieren analizarse con seriedad y responsabilidad para evitar efectos contraproducentes en la economía y el empleo.

Detrás de un salario existe una lógica económica que es imposible ignorar. Lo que las empresas pagan a sus trabajadores está incluido en los costos y se determina por la productividad y las características del mercado laboral. Mayores costos para las empresas sin un incremento en la productividad, implicarían aumentos en los precios o una restricción de la capacidad que tienen para producir, dependiendo del porcentaje que se considere.

Son las empresas micro, pequeñas y medianas las que contratan el mayor número de personas, incluyendo aquellas con salarios cercanos al mínimo. Este tipo de empresas incorporadas en la formalidad serían principalmente las que tendrían que decidir entre aumentar sus precios, reducir su número de empleados, contratar personal que esté dispuesto a ganar menos en la informalidad, funcionar con un margen menor de ganancias o, en el peor de los casos, cerrar.

Hablamos de un gran número de empresas familiares y pequeños empleadores que buscan hacer crecer sus negocios y que tendrían que afrontar un aumento de sus costos como consecuencia de un acuerdo político. Nos referimos a una medida que, de no ser estudiada a profundidad, podría reducir las oportunidades de trabajo para quienes tienen menos posibilidades de conseguirlo.

Sin lugar a dudas, un tema tan complejo requiere del análisis profundo y la revisión de sus consecuencias. Existe el compromiso de las diversas fuerzas políticas por abordarlo de tal forma; sin embargo, es necesario ser claros al mencionar que su aplicación tiene alcances lejanos a los que nuestra población necesita.

La mejor alternativa para transformar las condiciones de vida de nuestra población está en el incremento de la productividad y la eficiencia en los diversos sectores económicos y no se logrará por decreto sino con el esfuerzo constante en el marco de las nuevas reformas realizadas con dicho fin.

 

Frase:

“La mejor alternativa para transformar las condiciones de vida de nuestra población está en el incremento de la productividad y la eficiencia en los diversos sectores económicos y no se logrará por decreto”.

 

 

Mariana Gómez del Campo, PAN

Según datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el poder adquisitivo ha caído 77.7% entre 1987 y 2014, a pesar de que en el último sexenio se registró un ligero aumento, esto quiere decir, que con el salario mínimo apenas se puede adquirir 34% de una canasta básica de 40 productos recomendables nutricionalmente.

México tiene uno de los salarios mínimos más bajos de América Latina, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) identifica que 14% de las personas ocupadas en nuestro país ni siquiera recibe un salario mínimo. La UNAM destaca que los trabajadores podrán comprar cada vez menos debido a una política pública que vincula el alza anual del salario a un porcentaje promedio de 4%. Por eso es tan relevante que iniciemos un debate nacional sobre el tema, que permita mejorar las condiciones de vida de más de 6.7 millones de mexicanos, y evitar errores como los que ocurrieron en los años 70 cuando por decreto –sin estudiar a fondo la situación- se incrementaron los salarios generando inflación y pérdida del poder de compra. Incluso, vale la pena pensar en si las multas, derechos o impuestos deben o no seguir vinculados al salario.

Para los panistas, que las y los mexicanos cuenten con un salario justo es parte de nuestros principios de doctrina a favor de la dignidad de la persona vía una retribución adecuada.

Todo esto debe ir de la mano de una estrategia nacional para elevar la productividad, la profesionalización y la calificación en la mano de obra, lo que se traduce en mejores salarios, como lo demuestra la industria automotriz, que entre 2007 y 2013 el alza en su productividad provocó que los salarios reales aumentaran 11.4%.

 

Frase

“Si en casi 30 años el salario ha perdido 77% de su valor, urge debatir las alternativas para que los mexicanos puedan vivir dignamente”.

 

 

Alejandra Barrales, PRD

El salario mínimo tiene un rezago de más de 30 años y un deterioro acumulado de 74%. Esta condición ubica al país como uno de los que menor avance salarial ha tenido en los últimos años en Latinoamérica.

Pero no sólo las estadísticas revelan esta necesidad, también la realidad social en que se encuentran millones de trabajadores, quienes subsisten con un salario insuficiente para atender necesidades elementales.

El contraste entre el precio de los productos de la canasta básica y el monto del salario mínimo revelan su insuficiencia y evidencian que hoy día no sólo es necesario, sino indispensable un incremento como ha propuesto el PRD, con el fin de iniciar la recuperación de su poder adquisitivo.

De ninguna manera es una medida populista. Se trata de una acción inaplazable de justicia social a favor de la clase trabajadora.

El término “populismo” suele emplearse con ligereza para descalificar los proyectos y programas sociales, sobre todo cuando son propuestos por la izquierda. Un ejemplo notorio es el programa de apoyo económico a adultos mayores, que surgió en el DF a propuesta y con apoyo del PRD en medio de un escenario de descalificaciones que acusaban populismo. Dado el éxito que obtuvo y los resultados logrados en beneficio de las y los capitalinos, las críticas cedieron y hoy en día dicho programa incluso es bandera del actual Gobierno federal.

Tampoco tiene un sentido proselitista o electoral, pues el incremento salarial no depende de un solo partido y, por lo tanto, no le retribuye beneficios en automático. Es una decisión colegiada que requiere sensibilidad y voluntad política de todas las fuerzas representadas en el Congreso de la Unión.

El fin último que debe perseguirse a través de las leyes, es generar un entorno favorable para el desarrollo personal, social y económico de la población.


Frase:

Sólo quienes se benefician con el ya rebasado esquema salarial han manifestado su oposición, aunque reconocen la necesidad de ajustarlo”.

 

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