Jurgen Klinsmann aún estaba molesto por la manera en que Estados Unidos dejó escapar en el último suspiro la victoria ante Portugal, y con ello la clasificación anticipada en la Copa del Mundo, cuando tuvo que evocar un partido disputado hace 32 años.
A ese encuentro todavía se le recuerda como uno de los más vergonzosos en la historia de los mundiales.
Fue el 25 de junio de 1982, en España. El estadio El Molinón de Gijón albergó el último duelo del Grupo B entre Alemania Occidental y Austria, en el que un triunfo germano por uno o dos goles aseguraba el avance de ambos a la siguiente ronda.
A los alemanes les alcanzó el deber con el gol de cabeza de Horst Hrubesch, a los 10 minutos. El resto fue un devenir de pases y más pases, todos intrascendentes, sin que nadie enfilara amenazante al arco contrario.
Los aficionados presentes abuchearon a todo pulmón, y algunos lanzaron dinero al campo como gesto de que consideraban que el partido había sido comprado.
El desenlace dejó como gran damnificado a Argelia, que el día previo doblegó 1-0 a Chile. Los argelinos quedaron eliminados a raíz de la secuencia de resultados previos: Alemania Occidental había perdido 2-1 ante Argelia en el debut y luego goleó 4-1 a Chile; mientras que Austria superó 2-0 a Argelia y 1-0 a Chile.
Toda esta historia vuelve a desenterrarse debido a la expectativa que genera la definición del Grupo G de este Mundial brasileño, en el que Alemania —otra vez— y Estados Unidos se medirán en la última fecha en Recife. Ambos llegan con cuatro puntos y con meramente empatar accederán a octavos de final, a costa de Ghana y Portugal. Los dos del fondo de la tabla de la llave suman un punto cada uno, y se encontrarán a la misma hora en Brasilia.
No había pasado mucho tras el agónico empate 2-2 de Estados Unidos contra Portugal el domingo en Manaos, cuando las conjeturas sobre “pactos de no agresión” entre alemanes y estadounidenses cobraron fuerza.
De inmediato se avistó la circunstancia de que los entrenadores de ambas selecciones se llevan bien. Klinsmann, el timonel estadounidense, dirigió a Alemania en el Mundial de 2006. ¿Quién era su mano derecha en el banquillo en ese torneo que disputaron como locales? Se trata de Joachim Loew, el actual técnico del conjunto alemán.
Klinsmann ridiculizó la posibilidad de un arreglo.
“Están hablando de un partido que se disputó hace varias décadas y sólo es parte de la historia de Alemania y no de Estados Unidos”, declaró Klinsmann.
Sunil Gulati, el presidente de la Federación de Estados Unidos, también desvirtuó que se hable de un empate deliberado, al subrayar que su selección “no va con esa actitu d, tampoco este técnico y tampoco Alemania”.
Los estadounidenses recordaron antecedentes en las últimas dos eliminatorias mundialistas, en las que disputaron partidos con la clasificación asegurada.
En 2009, Estados Unidos empató en el quinto minuto del alargue para igualar 2-2 con Costa Rica, resultado que envió a los ticos al repechaje, donde eventualmente sucumbieron ante Uruguay, y catapultó a Honduras al torneo de Sudáfrica.
Y recién en octubre pasado, igualmente con pasaporte en mano, con goles de Graham Zusi y Aron Johannsson en los descuentos remontaron para vencer 3-2 a Panamá y eliminarla. Eso permitió que México disputase un repechaje ante Nueva Zelanda.
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