El Villarreal y Jona dos Santos cortan la racha de victorias del Real Madrid

El centrocampista mexicano jugó 87 minutos

El Villarreal cortó la victoriosa racha del Real Madrid y dejó a Zinedine Zidane sin el récord histórico de triunfos seguidos en solitario, el día que buscaba el decimoséptimo en cadena en la Liga, víctima de una mala primera parte y un penalti a lo Panenka de Bruno que castigó un error de Varane (1-1).

Los partidos del Santiago Bernabéu tenían otra dinámica desde el cambio notable que dio el Real Madrid con la llegada de Zidane. El mando lo perdía ante equipos como Celta, Osasuna o Sporting de Portugal y ganaba por pegada. Quiso corregirlo, o le invitó el Villarreal a hacerlo. Los de Fran Escribá vieron el resultado del resto de equipos y optaron por retrasar la línea defensiva, juntar líneas y correr para dañar al rival.

Provocó una salida en tromba madridista. Seis saques de esquina en diez minutos, pero ninguna ocasión de peligro en el balance final. Regresaba a escena la BBC, con otro partido de titular para Benzema en busca de ritmo, y la vuelta de Bale y un Cristiano al que se le ve alejado de su mejor versión física.

Bajo un 4-1-4-1 como sistema, el Villarreal no sufrió en el primer acto. Defendió bien los centros laterales y Asenjo solo tuvo que intervenir ante un remate. Era el minuto 18 cuando un centro de Marcelo lo cabeceó Bale y Benzema forzó al portero rival a sacar los puños en su parada.

El Villarreal fue más directo. Bruno, el ancla, ejercía dominio y Manu Trigueros era la clave para enlazar con los de arriba. Fue el primero en probar suerte y le siguió Cheryshev, quien en su vuelta a la que fue su casa, perdonó. Chutó bien la primera que tuvo, con la derecha, provocando la mano arriba de Casilla para sacar a córner. Y perdonó la más clara al borde del descanso, cuando el partido se le complicaba al Real Madrid.

Coincidió con la lesión de Marcelo, pero no fue casualidad. Antes una tijera de Sansone, enganchando con calidad un saque de esquina, había silenciado al Bernabéu. El Real Madrid no encontraba un juego fluido y sus llegadas se limitaban a acciones individuales con disparos desviados de Cristiano y Bale.

Fue cuando llegó la lesión muscular en un gemelo de Marcelo cuando se armó el taco. En los minutos que tardaba en entrar Carvajal, Sansone se plantó en un mano a mano contra Varane en una acción de tres contra dos, en la que asistió a Cheryshev con todo para marcar y en vez de chutar intentó regalar el gol.

El error se encadenó con uno de mayor gravedad de Varane. En la salida de balón, intentó una ruleta, perdió el equilibrio y el esffférico, que acabó chutado por Trigueros y se estrelló en un brazo de Ramos.

En Cornellá-El Prat, ante el Espanyol, se libró, pero en esta ocasión el colegiado lo vio claro y señaló penalti. Bruno chutó de forma magistral, a lo Panenka y por el centro de la portería.

Tocaba de nuevo la heroica para el Real Madrid, una situación en la que curiosamente suele mostrar su mejor juego. Cuando la necesidad aprieta, comienza a luchar cada balón como si fuese el último.

Dos minutos del segundo acto le sirvieron para demostrar al Villarreal que le esperaba un panorama radicalmente opuesto. Un error por alto en la salida de Asenjo, dejó el balón muerto y un disparo arriba de Ramos encendía al Bernabéu.

La olla a presión jugaba su papel y en el minuto 49 llegaba el empate con un testarazo con el alma de Sergio Ramos. El Real Madrid iniciaba un acoso que duró hasta el último minuto del partido. El Villarreal se limitó a protegerse del aluvión e intentar defenderse con orden.

Las llegadas del Real Madrid se sucedían. Con Carvajal siendo un puñal en la banda derecha y James lanzando centros envenenados desde la izquierda. Benzema rozaba un poste con un remate de cabeza, Cristiano no llegaba por milímetros a un pase de Carvajal y Bale buscaba el segundo palo con un disparo de zurda desde la derecha.

Solo una llegada del Villarreal en la segunda parte, un disparo inocente de Castillejo a las manos de Casilla. Demasiado tenía con mantener el empate y rescatar la picaresca para que los minutos fuesen cayendo.

Lo intentó Zidane metiendo velocidad con Lucas Vázquez y Morata, buscando de nuevo el tanto salvador de última hora, pero en esta ocasión no llegó. El día que fue dominador, el Real Mdrid se quedó sin premio.

Asenjo se convirtió en el gran protagonista sacando todo lo que le remataban. Con dificultad un disparo lejano de Kroos y con reflejos un cabezazo picado de Morata. También tenía la colaboración de la defensa cuando a bocajarro chutó Lucas Vázquez y Ramos cayó dentro del área pidiendo penalti.

Mientras la afición clamaba contra el arbitraje y el poco tiempo añadido, en esta ocasión no habría minuto 94 al que agarrarse, el partido murió con Cristiano mostrando que no está aún en su papel.

Con todo a favor perdonó con la derecha y el Villarreal puso punto y final a la racha de récord madridista.

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