Brad Johnson, ex mariscal de campo de los Bucaneros de Tampa Bay hizo una tremenda confesión al asegurar que en el Super Bowl XXXVII que se disputó en el 2003, donde derrotaron a los Raiders, mandó “raspar” los balones que se utilizaron en el juego a cambio de 75 mil dólares.
El ex quarterback reveló que su intención era tener mayor agarre con los ovoides en el cotejo donde se impusieron a los malosos por 48-21, por ello admitió que hizo trampa, pues son situaciones que no deben presentarse y mucho menos en un duelo de tal magnitud que al final terminó favoreciendo al equipo de Tampa.
“Pagué a algunos chicos para que rasparan bien los balones. Fui y conseguí los 100 balones de futbol y se encargaron de ellos”, comentó Johnson, quien reconoció haber solicitado que los ovoides fueran “modificados” cuando se entonaba el himno nacional, previo al duelo y después de que los que los árbitros ya los habían inspeccionado.
Esta situación pone al “rojo vivo” la tensa situación que viven los Patriotas de Nueva Inglaterra, quienes disputarán el Super Bowl ante Seattle el próximo 1 de febrero debido a que se detectaron 11 de 12 balones con una o dos libras menos de aire para tener mayor agarre, en el duelo final de conferencia frente a Indianápolis.
Con información de Cancha
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