Pese a las calles cerradas y los tumultos de afición que buscaba accesar al Estadio Azteca en los minutos previos al duelo entre Raiders y Texans, el ánimo nunca decayó.

Con espectáculos casi en cada puerta para que los seguidores se deleitarán antes de entrar al inmueble, se fue iluminando el Coloso de Santa Ursula dando la bienvenida a un evento más talla internacional.

Pantallas gigantes, comida de todos colores y sabores, además de seguidores pintados con los escudos de su equipo favorito, inundaron los pasillos con una emoción que no se disfrutaba en México desde hace 11 años.

La mayoría era clara. La afición de Raiders apoyana sin restricciones demostrando el arraigo de muchos años en la NFL, aunque los Texanos, también contaron con un público menor, pero muy fiel.

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