¿Qué más pierde Alan Pulido?

Esto luego de la decisión del TAS

El fallo del Tribunal de Arbitraje Deportivo a favor de los Tigres en el caso de Alan Pulido, deja algunas duras lecciones.

Alan, un crack en potencia, no era lo que muchos le hicieron creer antes de la Copa del Mundo.

Los goles que había anotado con los Tigres, en su mayoría habían sido en la Copa MX, y los que totalizó con la playera de la Selección Mexicana, lo hizo sobre todo en partidos amistoso y ante rivales sin gran calibre.

Pero el jugador creyó que ya estaba en otro nivel y se sintió con los arrestos suficientes para tomar las armas y embarcarse en una batalla donde las posibilidades de ganar eran escasas, y en el peor de los casos, de haber ganado, su ejército habría sufrido serias heridas.

En pocas palabras, la mezcla de juventud y fama, son una peligrosa combinación que puede traer resultados de todo tipo: accidentes fatales o casi fatales (hay que recordar el caso de César Andrade, que perdió una pierna en un accidente tras salir de un antro y echó a perder su prometedora carrera), o que los jugadores no lleguen a ser lo que podrían ser.

El caso nos enseña que los aficionados y prensa en nuestra necesidad de crear ilusiones, engrandecemos a los futbolistas de más, o les atribuimos cualidades que no poseen, como si no fueran seres humanos.

Nos muestra también la mala influencia que pueden ser algunos representantes, en su voracidad, llenándole de humo la cabeza al jugador.

Tigres demostró haber tenido toda la razón y los papeles en regla, pero el episodio Pulido deja claro que el futbol mexicano necesita transparencia, de haberse informado en su momento cuándo se hizo la extensión del contrato y los términos en los que se llevó a cabo, toda la polémica se habría acabado de inmediato.

Y mientras esto sucedía. ¿Dónde estaba la asociación de futbolistas para orientar, mediar y evitar daños colaterales para el futbolista nacido en Tamaulipas?

Alan Pulido, un delantero con grandes cualidades, que debió esperar quizá más tiempo del necesario en la banca, porque el técnico Ricardo “Tuca” Ferretti respetó las jerarquías de otros delanteros.

Tras el fallo del TAS, se espera una sanción económica y deportiva para Alan Pulido, y al menos para el Levadiakos, de Gracia, con quien sí jugó durante este tiempo.

Pero más allá de lo que viene en términos económicos y deportivos para el delantero surgido de la cantera de los Tigres, el recuento de los daños apunta más a la pérdida de lo más valioso que puede tener la carrera de un jugador: el tiempo, un factor que vale oro en una carrera tan corta como la del futbolista.

Alan Pulido desperdició ya un año de su carrera, tiempo en el que pudo perdió ritmo, oportunidad de tomar mayor experiencia, de asentarse como titular, y, sobre todo, la chance de hacer historia con los Tigres que llegaron a la Final de la Copa Libertadores de América.

El tiempo no regresa, y no sé si alguien, de entre todos los que lo aconsejaron para que emprendiera esta lucha, se lo dijeron. Hoy, más de un año después de iniciado esta batalla, quizá ya hubiera hecho los méritos para estar sin ningún problema legal en algún equipo europeo.

Pero, no, hoy Alan Pulido está en metido un tremendo lío, con el fallo del TAS en contra y en riesgo su futuro inmediato.

Cualquiera de los equipos que intentó contratarlo en Grecia podrá hacerse de un jugador que lo remplace, los representantes tendrán a otros futbolistas que atender, los Tigres tienen otros jugadores importantes en su plantel, y la afición siempre tendrá a otros ídolos que aplaudir.

Pero el único que no tiene otra carrera para echar a perder es Alan Pulido.  Alan es el único damnificado, y estará solo cuando se quemen sus últimas naves.

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