Una enredada trama de declaraciones y fechas se dio a conocer el 11 de diciembre, cuando el diputado veracruzano José Ramón Gutiérrez aseguró que el directivo había sido detenido en el restaurante Los Arcos San Jerónimo de la Ciudad de México por un fraude a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes por unas obras no construidas en Veracruz.
Pero al día siguiente, el legislador aclaró que Morales no fue trasladado a ningún penal del estado y más de dos meses después aún se desconoce el paradero de quien fuera dueño de los Tiburones de marzo de 2010 a junio de 2011.
«He verificado ya en el penal de Misantla y reclusorios de Veracruz y confirmé que en ningún momento se le ha trasladado a este Estado», aseguró Gutiérrez de Quevedo.
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Paradójicamente, el día 10 ya se había iniciado una indagatoria por desaparición en la Procuraduría General de Justicia, según las declaraciones del abogado Rodrigo Higuera Zogaib.
«Comparezco de manera voluntaria, a efecto de hacer de su conocimiento de hechos posiblemente constitutivos de algún delito, cometidos en agravio del señor Mohamed Samir Morales Álvarez», se lee en la indagatoria.
La misma lleva el número FAS/T1/01264/15-12 y fue ingresada en la Fiscalía Especial en Investigación para Secuestros, de la mencionada PGJ.
DESAFILIADO Y CON PROBLEMAS
Morales adquirió el club cuando estaba en el circuito de Ascenso a los empresarios Raúl Quintana y Marcos Fastilcht. El 3 de junio del 2011 la Federación Mexicana de Futbol anunció la desafiliación del club por adeudos.
Ello derivó en una disputa con el actual dueño del Veracruz, Fidel Kuri, a quien el Tribunal de Arbitraje Deportivo le exigió pagar un millón de dólares al Independiente de Santa Fe por la compra del jugador César Valoyes. Por lo mismo, Kuri mantiene una demanda en contra de Morales, según el semanario Proceso.
Aunque ese fichaje lo realizó Morales, el argumento del TAS para cobrarle a Kuri Grajales es que utilizaba el mismo escudo, colores y estadio del equipo encabezado por el primero de estos.
Morales además ha emprendido proyectos de poco éxito como su incursión en el futbol costarricense, al adquirir en 2014 y vender al año siguiente al Santos de Guápiles, o construir un estadio en Acapulco, cuyas obras están inconclusas.
Hasta el momento, ningún familiar de Morales ha reclamado su desaparición, según el semanario Proceso, que proporcionó un testimonio anónimo de un empleado actual del club en el que señala que al interior de la institución varias personas creen que más que tratarse de un secuestro, el ex directivo está intentando evadir la justicia.
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