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Por Michelle Fridman Hirsch @mich_fridman
Hace no mucho León dejo de ser una ciudad sólo de negocios e industria para convertirse en un destino de emociones, así decidieron llamarlo ante la falta de calificativos que englobaran una oferta de compras, gastronomía, festivales, conciertos, paseos históricos, cultura y modernidad.
Y es que sí, el entusiasmo de llegar a un outlet y ver cientos de tiendas con miles de zapatos fabricados en la ciudad listos para ser importados a las tiendas de mayor prestigio en moda de ciudades como Milán, Nueva York o Madrid; la posibilidad de comprarlos a la tercera parte de lo que muchos de ellos costarán en otras vitrinas; respirar el olor a piel, sentirla, vivir la euforia que suele despertar el shopping, te hace terminar en pocas horas convertido en un trendy cowboy, lo que significa un vaquero en tendencia o “a la moda”.
Una vez disfrazado es imposible no aventurarte a conocer una nueva ciudad, una que ahora combina modernos centros comerciales, foros de espectáculos, museos, parques naturales y vialidades modernas con lo más tradicional y clásico del Bajío.
Recorrer ―con zapatos nuevos, eso sí― la recién inaugurada “Ruta del Peatón”, que traza un camino peatonal a lo largo de los inmuebles emblemáticos de la ciudad, como el Arco de la Calzada, Plaza Catedral, el Forum cultural, la Casa de las Monas, la calle Madero, la Plaza del Templo Expiatorio con sus catacumbas, el Teatro Manuel Doblado y hasta el nuevo Teatro Bicentenario, sólo puede ponerse mejor cuando te vuelves uno más entre las casonas barrocas y neoclásicas de los barrios antiguos, las ex haciendas del siglo 19, los restaurantes, cafeterías, terrazas y bares que dan vida a este lugar.
Una de las cosas imprescindibles acompañan la ruta: las botanas callejeras y cantineras, que por sí solas hacen que esta caminata cobre sentido. Desde las famosas guacamayas (una torta de chicharon con cueritos y chile), las bombas (cubos de jícama con vinagre, cebolla y queso) o los dorilocos (una mezcla de doritos con cueritos, cacahuates, salsas, chile, limón) y lo que se deje.
Para cerrar con broche de oro, las cantinas familiares leonesas son famosas por tener la mejor oferta gastronómica del lugar en un inmejorable ambiente apto para todas las edades. Tradicional es el Panteón Taurino, cuyas mesas simulan lápidas de toreros mientras uno come en medio de una supuesta plaza de toros; los meseros, grandes anfitriones, bailan disfrazados de toreros y toros mientras uno prueba la botana del día: carpaccio de res preparado con salsas, chamorro en salsa de guajillo, chicharrón de cecina típico de la región, carne tártara, cueritos, chorizo y mucho más.
La ruta turística de cantinas además incluye otras opciones, como el bar Cuatro Vientos, el bar Báltico, el Circulo Leonés, el Faena, Mónaco, el bar Toreo y el Bum-Bum, por no hablar de la enorme oferta gastronómica de alto nivel.
Por si esta fuera poca emoción, no será raro encontrar a esta ciudad celebrando algún festival de talla internacional en materia de música, globos, acrobacia aérea, rallys automovilísticos, ferias y cientos de actividades más.
Si vienes a León, atrévete a convertirte en un cowboy de ciudad, por emociones no pararás.
Más información
www.leon-mexico.com
Para dormir
Hotel Hotsson
www.hotsson.com
Para domer
Si quieres una cantina: el Panteón Taurino, www.panteontaurino.com.mx.
Si quieres cocina de autor: Casa de Piedra es un concepto original que reúne en una antigua y grande casona, cinco restaurantes de cocina internacional de autor.
No te pierdas
- Un día de shopping de zapatos, chamarras y bolsas de cuero.
- Si quieres comodidad y moda, visita Outlet Mulza (www.mulza.com.mx); si tienes paciencia y buscas el mejor precio, piérdete entre los cientos de tiendas de la tradicional Zona Piel.
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