Los mitos históricos han funcionado para apuntalar el “civismo patriótico funcional”, pero lo que ahora se debe hacer es psicoanalizar todos esos eventos que están anclados en la imaginación y no en la verdad, explicó el historiador Jorge F. Hernández.
“Los héroes que nos dieron Patria han sido los historiadores que han biografiado el pretérito”, y lo que han hecho es simplificar los eventos históricos, pero sin dar explicaciones sobre lo que derivó o llevó a los personajes a actuar de una u otra manera.
Hernández afirmó que “para contar la historia se nos ha simplificado mucho, la veracidad de los hechos, en primer lugar, y luego la digestión de la dinámica histórica”, lo que ha devenido en mitos que todos cuentan y que nadie analiza.
“Todo ha sido en abono de un civismo patriótico funcional y en algunos casos, en algunos mínimos casos, está anclado en una verdad”, a tal grado de que “lo que consta no tiene peregrinación, lo que no consta tiene imaginación”.
Y pone como ejemplo el hecho fundacional de lo que ahora conocemos como México: “el águila devorando a la serpiente es un episodio fugaz que fue atestiguado quizá por muy pocos mexicas y en realidad se refiere a un islote en el centro del Valle de Anáhuac y aún así sigue siendo el símbolo que engloba a todo un país”.
Pero serían válidas las quejas de los norteños, regios o tapatíos porque no tienen mucho que ver con la cultura mexica. Además, si bien se ha dado una fecha y lugar del momento histórico que hoy se muestra en el Escudo Nacional, la veracidad pende con alfileres.
Sin embargo, un hecho concreto como la reunión entre Moctezuma y Hernán Cortés, del que sí hay información fidedigna, simplemente ha pasado inadvertida en la historia mexicana, como el hecho de que los restos del conquistador descansan en el Hospital de Jesús.
“A nosotros nos ahorraron mucha chamba”, afirma el escritor de En las nubes, pues se simplificaron los episodios que construyen a nuestro país, y la mejor forma fue mitificarlos “en una especie de civismo patriótico, para creer a pie juntillas” lo que se destaca en los libros.
Lo complejo de la historia y los enrevesados sucesos que acontecieron, complican “mucho la veracidad de los hechos y el hilo de la historia, es decir se complica mucho la explicación”, y por ello se prefieren contar los momentos pero sin darles una contextualización. Es por ello que se mantiene la idea “maniquea de los buenos y los malos”.
En broma comenta que las fechas históricas tienen un valor práctico: “para el calendario burocrático es fundamental que haya puente”, pero a la par debería haber una discusión sobre estos temas. “Yo apuesto más por la sanidad de la discusión y el debate y que se ventilarán los temas como en una familia que tiene problemas”.
MÉXICO, EL DIVÁN DEL PSICOANALISTA
Jorge F. Hernández manifestó que se debe hacer una radiografía de nuestro país: “el mapa de México se parece mucho al cuerno de la abundancia y siempre estamos presumiendo que somos un país rico en recursos naturales y en las virtudes y esfuerzos de nuestra gente, pero últimamente me parece que la forma geográfica más bien parece un diván de psicoanalista.
“Pasan estas cosas porque en realidad nosotros nos movemos con bastante sabiduría en un mar de ignorancia, y entonces así hemos logrado negocios productivos, hechos trascendentales y logros deportivos. Creo que va a seguir sucediendo mientras no psicoanalicemos totalmente el alma nacional el alma nacional tan confundida”.
Expresó que de esta manera se dejarían de perseguir a quienes hacen de los símbolos patrios una referencia para expresarse, como por ejemplo los poetas, o aquellos a quienes se les olvida la letra del Himno Nacional, pero cuyos críticos no reparan en que en realidad es una obra que en esencia estaba llena de estrofas en honor a Santa Anna.
El historiador señaló que hay situaciones que están por encima de “los corruptos, de la personalidad de los políticos, que están por encima de la cotidianidad, de los problemas del tráfico, por encima de la geografía”, pues lo que nos une como mexicanos son los “sabores, los muertos, los poetas, la literatura”.
DATO
El hecho de recrear el Grito cada noche del 15 de septiembre se lo debemos a Maximiliano de Habsburgo, quien propuso una ceremonia cívica.
LOS CUATRO MITOS
Hernández propone erradicar la idea de que hay buenos y malos, pues a todos los personajes de la historia les correspondió una participación especial en la erección de lo que hoy entendemos por país. “Todos los mitos hay que aterrizarlos”, apuntó.
1.- El mito fundacional. Explicar cómo se construyó México
2.- La Independencia. ¿Cuál fue el motor que propició el movimiento y si fue mejor de lo que teníamos antes?
3.- El tema de la soberanía. Reflexionar sobre las invasiones de Estados Unidos y Francia.
4.- La Revolución. Darle la justa dimensión, “entrevistar” a los personajes y entender qué implicó.
¿QUÉ SE PUEDE HACER?
1.- Leer y analizar los acontecimientos, obtener respuestas y no quedarnos con lo básico.
2.- Darle voz a los “otros que nos dieron Patria”. Aquellas personalidades que gracias a su labor altruista, social o política pusieron el nombre de México en alto. Por ejemplo, Gilberto Bosques, “el Schindler mexicano”.
3.-Buscar la “Matria”, ese “rincón de la querencia del lugar donde nacimos, que hace que te sepas las calles, en la medida que tenemos claro en la piel ese México que existe” en la cercanía, se podrá entender mejor lo que somos.
¿QUÉ ES SER MEXICANO?
“Lo que mejor podría definirnos (como mexicanos) es lo que no somos: no somos gringos, no somos centroamericanos, no somos europeos, y así hacer la lista”, para poder comprender lo que en verdad nos da esencia como pertenecientes a un país y una sociedad.
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