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Una mujer es inseminada por un calamar
Pese al paso del tiempo y a las modas, nombres como José, Juan, Ana o Isabel continúan siendo populares en América Latina. Pero en algunos países -como Venezuela, Uruguay o Cuba, por mencionar sólo a algunos- los padres le ponen imaginación cuando se trata de elegir un nombre para sus hijos.
Y si a veces es difícil entenderlos para los extranjeros, imagínese la sorpresa que se llevó la corresponsal de la BBC en Cuba, Sarah Rainsford, cuando llegó por primera vez a la isla y se dio cuenta de que todo lo que sabía de español no era suficiente para entender el nombre de la persona con la que estaba hablando.
Desde La Habana, Rainsford nos envió sus impresiones.
Como periodista en Cuba, plantear ciertas preguntas puede llegar a ser complicado. Pero jamás me hubiese imaginado que preguntar cómo se llama una persona se convertiría en un obstáculo.
Mi problema es que, en la mayoría de los casos, no entiendo la respuesta. Y ojo, que eso no se debe exclusivamente a que soy inglesa. Mis colegas cubanos tienen a veces el mismo inconveniente.
Resulta que hoy día es bastante poco común toparse con un simple Miguel o María. Pues a la hora de nombrar a sus vástagos, los cubanos optan por experimentar.
“Deberías hablar con ella”, me dice riendo la directora de una escuela a la que fui de visita, señalándome a una de las jóvenes maestras, sentada en un banco pequeño de esta antigua mansión de estilo español.
Su nombre, me dice, es Daneisys.
“Perdón… ¿cómo se escribe?”, me veo forzada a preguntar. Ella me dice -de una forma que denota que ya lo ha dicho varias veces- que “es una combinación del nombre de sus padres: Daniel y Deisy, de ahí Daneisys”.
Una de sus alumnas se llama Odlainer, que es el nombre de su padre Reinaldo, escrito al revés. Otra, Zulkary, le debe su nombre a la protagonista de una antigua telenovela.
Revisando un periódico de jóvenes cubanos, encontré un artículo con una entrevista a una académica.
Ella hacía un llamado para que el personal de los hospitales ayudase a los padres a elegir con más cuidado el nombre de sus bebés.
La entrevistada decía que nombrar a un hijo de forma tal que estos tuvieran que dar continuamente explicaciones podía dañarlos moralmente.
La fiebre por la “Y”
Inmediatamente después de la revolución de 1959 se produjo un aumento notable de Fideles, Raúles y Ernestos.
RAREZAS POPULARES
• Usnavy: por US Navy, Marina estadounidense en inglés
• Noslenis: es Nelson escrito al revés, más I y S
• Yaniel: Daniel, pero con Y
• Odlanier: Reinaldo… al revés
• Dayesi: Sí en ruso (da), en inglés (yes) y en español
Pero no fue sino hasta los años 70 que la imaginación de los cubanos comenzó a desplegar verdaderamente sus alas. Allí fue cuando la letra “Y”, que rara vez aparece en los nombres en español, se convirtió en la favorita de los futuros papás y mamás, dando lugar a Yulieski, Yumilis y Yaraleidis, entre otros.
LEE EL RESTO DE LA HISTORIA EN: BBC MUNDO