El “Popeye humano” resultó ser una mentira. El brasileño Arlindo de Souza no construyó sus bíceps descomunales de 73 centímetros con base a repeticiones en el gimnasio.
Su secreto era simple pero dañino para su organismo: inyectarse una mezcla de aceites minerales y alcohol desde hace dos años.
De acuerdo con el diario español ABC, el sudamericano, conocido en su país como “Montaña”, es considerado como el hombre con los “conejos” más desarrollados de su país.
El truco es inflar los músculos, no desarrollarlos, y para ello usa una mezcla de alcohol y aceites. Esta práctica, reconoce el mismo Arlindo, de 43 años, puede ser peligrosa.
El “coctel” ha cobrado la vida de algunas personas y, en el menor de los casos, quien se somete a estas infusiones pueden sufrir amputaciones.
“Montaña” no aconseja seguir esta práctica y dijo que ya ha empezado a controlar las inyecciones. Reconoció que antes usaba esteroides y vitaminas de caballo para ganar masa muscular.
Respecto a su fuerza, es igual que cuando no tenía esos músculos falsos. Lo único que hizo fue verse más poderoso.
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