Hablar de “ciudad inteligente” ha sido, durante años, un ejercicio plagado de lugares comunes. Muchos discursos siguen reduciendo la conversación a modernidad urbana, sin entender y atender a una verdad más compleja y urgente: no hay inteligencia urbana sin justicia social. No hay futuro sin equidad. Y, sobre todo, no hay transformación sin una ética del cuidado como eje articulador de las decisiones colectivas.
El Smart City Expo LATAM Congress 2025, celebrado en Puebla —del 10 al 11 de junio—, se pronuncia con firmeza en este sentido, proclamándose como un espacio de pensamiento estratégico, participación social e intersección crítica entre sectores que, tradicionalmente, han trabajado de manera aislada. Su misión es clara: cerrar las brechas de desigualdad de manera integral, entendiendo que el progreso urbano debe ser compartido. Para lograrlo, se apuesta por una colaboración genuina y multidisciplinaria que articule a los gobiernos, la academia, la empresa privada, la infancia y la ciudadanía organizada como agentes corresponsables del territorio.

Desde una perspectiva humanista y con visión de sistema, esta apuesta representa un cambio de paradigma. Gestionar ciudades conlleva repensarlas y comprenderlas como entramados culturales, simbólicos, materiales, energéticos y afectivos. De la mano del pensamiento científico, la innovación como herramienta, la política pública como estructura y la ética como eje rector.
PRONUS, semillero de transformación
PRONUS, como organización cofundadora del congreso junto con Fira Barcelona, encarna un liderazgo articulador que construye un andamiaje para que la inteligencia tecnológica se ponga verdaderamente al servicio de la inteligencia social. Así lo comparte Manuel Redondo, presidente de PRONUS, en esta conversación exclusiva con Publimetro.
Entrevista con Manuel Redondo, presidente de PRONUS
Una charla desde el centro de las ideas que están reconfigurando la noción de ciudad en América Latina.
—¿Cuál es el principal reto que enfrentan hoy las ciudades latinoamericanas para convertirse en verdaderas smart cities, y cómo lo está abordando PRONUS desde su perspectiva organizacional?
Hay una gran oportunidad para acelerar la transformación urbana sostenible, inteligente e inclusiva. Y esa oportunidad se llama colaboración. Por eso, reunimos en este evento al sector público, al privado, a las universidades, a la sociedad civil, a los propios ciudadanos, e incluso a los niños —que por primera vez participan en la construcción de ideas para las ciudades del futuro—. Creemos que la innovación y la tecnología solo cobran sentido cuando se integran a un ecosistema colaborativo que genera valor real para las personas.
—¿Qué tendencias tecnológicas están marcando el futuro urbano en esta edición 2025?
La inteligencia artificial, sin duda. No solo está transformando la sociedad, sino que será determinante en la gestión de las ciudades. Durante el congreso, abordamos tanto las oportunidades como los desafíos de la IA y la ciencia de datos. Pero lo más importante fue poner sobre la mesa la necesidad de una gobernanza con sentido: que la tecnología esté al servicio del bienestar común y no como fin en sí mismo.

—¿Cómo se traduce el concepto de ciudad inteligente en beneficios tangibles para el ciudadano común, especialmente en contextos de desigualdad?
Una ciudad inteligente debe ser sostenible, innovadora, inclusiva y, sobre todo, identitaria. No puede renunciar a su cultura, su historia ni sus raíces. La inteligencia urbana debe incluir también la inteligencia humana. Solo así generamos soluciones reales en contextos donde millones de personas han estado históricamente marginadas.
—Desde su experiencia, ¿qué modelos de cooperación están funcionando mejor en América Latina?
La responsabilidad urbana no recae solo en los gobiernos. Debe ser compartida. Universidades, empresas, organizaciones sociales, ciudadanía: todos tenemos una tarea. Pero hay que articularnos, tener objetivos comunes, valores compartidos y persistencia. Como decía Juan Manuel Santos, Premio Nobel de la Paz, en este congreso: nada grande se construye sin constancia ni propósito colectivo.
—¿Qué lo motiva personalmente a impulsar este tipo de espacios?
Lo que nos llena es ver que estos eventos generan impacto. No son solo vitrinas, son plataformas de transformación. Cuando logramos que el sector público, la iniciativa privada, la academia y las comunidades trabajen juntos por ciudades más justas, sabemos que estamos haciendo lo correcto. Y más aún, cuando esa transformación llega a quienes más lo necesitan.

—¿Un mensaje final para el público de Publimetro?
La ciudad es de todos. Y no puede haber ciudades inteligentes sin ciudadanos inteligentes. Requerimos colaboración inteligente, sostenida en el tiempo, que convierta las ideas en acciones concretas. Lo que aquí se propone debe ser replicado y adaptado localmente. Esa es la ruta.
La conversación con Manuel Redondo nos devuelve una premisa fundamental: no se trata solo de modernizar la ciudad, sino de devolverle su sentido. Convertirla en un entorno habitable para todos, especialmente para quienes más lo necesitan. Esto exige renunciar a miradas fragmentadas y asumir una lógica de co-creación, donde cada actor —por pequeño que parezca— es parte de la solución.
En ese sentido, PRONUS se ha consolidado como un agente clave para propiciar este cambio estructural. Su trabajo no se limita a eventos, sino que opera como un laboratorio vivo de articulación regional. Su capacidad para convocar, integrar y empujar conversaciones de alto nivel lo convierte en un referente de gobernanza urbana colaborativa.

Las alianzas que elevan el debate público
Desde Publimetro, sostenemos que informar es también una forma de construir futuro: somos aliados del cambio. Por ello, apostamos por dar visibilidad a iniciativas que vinculan innovación con propósito y tecnología con justicia. Creemos en el progreso con sentido, en la participación informada y en las alianzas que elevan el debate público.
Una ciudad no será verdaderamente inteligente mientras no sea equitativa, habitable, diversa y profundamente humana.