Los Juegos Olímpicos de Inivierno ya dieron una de las grandes sorpresas de la competencia, luego de que el canadiense, Max Parrot, consiguió la presea de oro en la modalidad de snowboard slopestyle.
Y es que, hace tres años, el atleta estaba hospitalizado, recibiendo quimioterapias por el cáncer de linfoma de Hodgkin que lo frenó.
Max tuvo que dejar de lado su carrera, para someterse a un tratamiento largo, que lo ayudó a salvarse y poder seguir su trayecto en el deporte profesional.
Cuando fue diagnosticado, Parrot imaginó lo peor. De hecho, en su mente estaba presente la muerte, pese a que los médicos le pidieron tener paciencia.
“Nunca fue una opción que el cáncer me ganara, pero tenía miedo la mayor parte del tiempo; no sabes cómo va a funcionar el tratamiento, no tienes idea de lo que te depara la vida. Hace tres años, en este mismo momento, estaba en la cama de hospital para someterme a varios minutos de quimioterapia.
“Ahora soy mucho más fuerte mentalmente. Ya no doy nada por sentado, eso me ha hecho ser mejor snowboarder. Hace tres años, en ese lugar, estaba viviendo una pesadilla. No tenía energía, ni músculos, ni cardio. Ahora estoy aquí, dedicándome a mi pasión. He realizado la mejor ronda de toda mi carrera. Y, por encima de eso, he ganado una medalla. Parece irreal”.
— Max Parrot, atleta canadiense
La justa veraniega no fue el primer evento en el que reapareció Max. De hecho, a dos meses de concluir su tratamiento, se aventuró y fue parte de los X Games de Noruega, en donde sorprendió a los aficionados, ya que se proclamó como el vencedor de la competencia.
Además, en Aspen 2020, se colgó una presea de oro y otra de plata, consumando así su regreso a la actividad deportiva, siendo un ejemplo para muchos atletas.
“Si tuviera la oportunidad de volver atrás y no tener cáncer sino una vida normal, no lo querría. Es un poco raro decirlo, pero he aprendido mucho, y a día de hoy agradezco que me pasara porque soy una persona totalmente diferente.
“Realmente adoro el ser en el que me he convertido, y también en lo que seré en el futuro. Los últimos años han sido los más duros de mi carrera, y aún así he conseguido hoy el oro. Esto simplemente demuestra que nada es imposible”.
— Max Parrot, atleta canadiense