El ver un sueño que termina puede ser la oportunidad para fijar un nuevo objetivo; así fue la historia de Eduardo de la Torre, un joven triatleta que vio truncado su sueño de debutar en el Club Toluca tras algunos casos de corrupción en las fuerzas básicas, pero que ahora representa a México de gran manera tras convertirse en triatleta. Con apenas un par de años en esta disciplina, ha conseguido colarse en la élite internacional gracias a su esfuerzo y perseverancia que lo han mantenido a flote en una disciplina de alto impacto como el Ironman 70.3, uno de los triatlones más exigentes en el mundo.
¿Cómo es la experiencia de participar en un Ironman 70.3?
Esta es mi cuarta competencia en esta distancia, pero este fue mi primer mundial y es una experiencia increíble, sobre todo el estar en el extranjero, ver tu bandera en otro país y codearte con los mejores del mundo. Había muchos países. Todas esas emociones te llevan el corazón al 200% y más al ver los frutos de la preparación de 10 meses que tuve fue satisfactorio. Literalmente te tratan como un deportista elite.
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¿Cómo ves el crecimiento del Ironman en México?
Hay poco crecimiento, ya que la representación mexicana en Londres fueron solo 36 varones y 42 mujeres, de casi 5,500 competidores. Además de que muchos no saben que es un Ironman 70.30.
¿Por qué la gente no voltea a ver este deporte en México?
Hace falta mucho apoyo. La federación mexicana de triatlón está muy metida a las distancias cortas y la distancia olímpica, donde hay un pequeño apoyo, ya que cuando llegas al Mundial tú pagas tus viajes, tu hotel, e incluso, tus uniformes, cuando vas representado a tu país. Estaría buenísimo que la Federación nos apoyara, además, con un camarógrafo en las competencias que estuviera cerca de ti y deseo que la Federación se metiera un poco más. En este país hay mucho talento, pero deben conseguir empresas privadas para tener ese apoyo. Un atleta no solo es entrena y ponte a competir, hay muchas cosas alrededor que suman. No todos tienen la capacidad para pagar los viajes y competir, al menos, con las armas que tengo.
¿Cómo nace tu aventura en el triatlón?
Es una locura, vengo de jugar futbol profesional, y por temas de corrupción, me hice un lado. Una día, Enrique Meza me dijo que si no era futbolista, fuera una persona de bien y fui por ese camino. Durante la pandemia, subi de peso, y llegó un momento en el que me puse a correr, pero me harté. Así empecé, unos amigos se me juntaron y traía la idea después de ser voluntario de niño en un evento en Cozumel. Se los comenté y me convencieron de comprar la bicicleta. Al principio parecía que hacía el ridículo, pero me fui empapando, y después de un tiempo, me encontré con mi entrenador Javi Gallardo, el 3 de febrero del 2021, me uní al equipo de jóvenes y tuve 10 meses para alistarme para el Triatlón.
¿Cómo fue la primera experiencia?
Apenas unos meses después iban a hacer el triatlón de Huatulco, pero desconocía que el circuito del cereal es el más dificil de México, pero me metí por seguir a mis amigos. Fue una cosa dura. En ese evento, terminé con una fuerte caída, en donde perdí mi reloj, y así que tuve que hacerlo todo a puro felling, y llegando a la meta, tras las curaciones, me enteré que me subí al podio en mi primer triatlón, ahí me puse el objetivo de ir al Mundial de 70.3. En Acapulco, a un mes del Mundial, quedé en quinto.
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¿Cómo es la transición del deporte en conjunto a uno individual?
Es duro, pero en un deporte en conjunto dependes de que todos funcionen bien, además de aportar tu granito de arena. y aquí, dependes de ti mismo, de lo que puedes conseguir con tu preparación, aunque eres tú contra tu mente, aunque tú controlas tus cosas.
¿Cuál es el objetivo principal?
Me gusta inspirar a las personas y mostrarles que se pueden cumplir los sueños si respetas, si eres disciplinado y que vean que todo esto, con un gran trabajo, se puede cumplir. Y a mediano plazo, quiero ser uno de los mejores del país, después ser uno de los mejores a nivel mundial. Si una meta no es ambiciosa, no es algo que vas a saborear. Quiero calificar al Mundial de Finlandia 2023.
¿Qué tiene mejor sensación, marcar un gol o cruzar la meta?
Sin dudarlo, cruzar la meta. Es una gran comparación, pero ni la persona más rica del mundo pueden comprar la sensación de los últimos 50 metros y ver a tu familia y que te digan que eres un ganador, eso es una gran sensación, es en donde escuchas el silencio. El gol al minuto 90 está chido, pero estas cosas te quedan de por vida.
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