La gran final del futbol mexicano quedó abierto para ambos equipos al firmar un empate a cero anotaciones en el partido de ida en el Estadio Universitario.
Después de la gran pirotecnia y la ceremonia de apertura, el partido no acompañó con las emociones que se esperaban, con ambos equipos ofreciendo un encuentro muy trabado y con pocas opciones de gol.
Las pocas llegadas se derivaron por errores individuales, primero estuvo a punto de caer el gol a favor de los felinos, en un balón rebanado de Antonio Briseño que pegó en el travesaño y que Gignac no aprovechó el rebote.
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Minutos después ahora el gol estuvo cerca del arco de Nahuel Guzmán en un claro error de Fernando Gorriarán, al fallar un pase en zona complicada, el esférico le cayó Isaac Brizuela y solo ante el arquero falló su disparo.
La segunda parte fue una continuación de la tónica de las acciones, con un encuentro muy trabado en la media cancha y con muy pocas aproximaciones en las áreas.
A pesar de la serie de modificaciones de cada técnico, el partido nunca prendió a favor del aficionado con un Guadalajara bien replegado con marca férrea sobre cada jugador felino.
Por su parte Tigres tenía la posesión y era el equipo que más lo intentaba, pero pasaron los minutos pero el gol no se hizo presente.
