El Inter de Milán conquistó este lunes la Supercopa de Italia por octava vez en su historia después de imponerse por un solitario 1-0 al Nápoles en la final disputada en el Estadio Al-Awwal Park de Riad, en Arabia Saudita, y decidida por un gol más allá del minuto 90 de Lautaro Martínez ante un rival con diez.
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El conjunto neroazzurro continuó con su actual idilio con esta competición, que ganó por tercera edición consecutiva y después de un encuentro muy disputado, con escasas ocasiones de gol y donde resultó clave la expulsión de Giuliano Simeone a la hora de juego y tras dos amarillas casi seguidas.
El actual subcampeón de Europa, demostró que atraviesa un mejor momento que el campeón del Scudetto, que se medirá al FC Barcelona en la máxima competición continental y que apenas inquietó a Sommer, echando de menos la ausencia del nigeriano Victor Osimhen, presente en la Copa África.
Dimarco tuvo la única ocasión de los primeros 45 minutos para un Inter, mientras que Kvaratskhelia protagonizó la mejor del Nápoles al inicio de una segunda mitad que comenzó con sentido recuerdo al fallecido Luigi Riva. Poco después, Simeone vio su primera amarilla y posteriormente una segunda que le costó la expulsión y un lastre para su equipo que intentó contener a su rival hasta que Pavard encontró a Lautaro Martínez para el gol de la victoria en el 91.