La Selección española masculina de futbol se dio este lunes un baño de masas en la Plaza de Cibeles de Madrid, donde fue agasajada por la conquista de la cuarta Eurocopa en Alemania por miles de aficionados y aficionadas que le acompañaron desde su salida del Palacio de La Moncloa hasta el lugar de la fiesta final.
Los internacionales y el cuerpo técnico del combinado nacional pudo comprobar personalmente la ilusión y euforia que despertó durante su andadura en el torneo continental entre la hinchada, que desde primera hora de la tarde pobló las calles de la capital, desafiando al calor, por las que fue pasando el autobús descapotable desde que salió del Palacio de la Moncloa.
Allí, la campeona de Europa, que aterrizó en Madrid pasada las 14.00 horas, terminó su recorrido institucional que comenzó con la felicitación personal de SSM los Reyes en el Palacio de La Zarzuela, previo paso a la recepción del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
A partir de ahí, comenzó la verdadera fiesta para los jugadores españoles, que tardaron casi dos horas en llegar a la Plaza de Cibeles mientras la afición les ovacionaba y jaleaba por su viaje que pasó por Princesa, Alberto Aguilera, Plaza de Colón, Jorge Juan, Serrano, Puerta de Alcalá, Alfonso XII y Montalbán, para acabar llegando al Ayuntamiento de Madrid en la Plaza de la Cibeles sobre las 22.00 horas y donde fueron recibidos por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.
Tras un breve ‘descanso’ en el interior de la Palacio de Comunicaciones, sede de la institución, donde también fueron felicitados por SAR la Infanta Doña Elena y su hija Victoria Federica, los jugadores por fin fueron haciendo acto de aparición encabezados por el capitán Álvaro Morata, encargado de hacer de ‘maestro de ceremonias’ como en su día hicieron Pepe Reina o Jordi Alba y que fue presentando uno a uno al resto de compañeros, todos ellos acompañados de un tema musical con el que se identifican.
“Somos campeones de Europa, somos campeones de Europa, cuatro veces, y lo somos porque todos habéis creído en nosotros y lo hemos notado, y por vosotros hemos dado la vida hasta el final”, aseguró Morata, ovacionado y recibiendo mucho cariño por parte de la afición.
El delantero confesó que había sido “un auténtico orgullo ser el capitán de esta selección” y que “mirando desde el bus la cara uno a uno” se sentía “representado” por los aficionados y las aficionadas. “Puede ser que a veces la meta o no, pero me he dejado la vida por conseguir esto”, remarcó.
“Sabía que mis compañeros eran muy buenos. Tenemos el mejor país del mundo y somos campeones de Europa. Ha sido mágico, gracias a todos los compañeros que nos han ayudado y no han podido estar en Alemania, también es su trabajo”, sentenció el madrileño que no se olvidó de jugadores de la ‘generación de oro’ que les enseñaron “como se lucha y como se trabaja en equipo”.