La reciente campeona olímpica, Imane Khelif, denunció ante la justicia francesa una campaña de acoso cibernético de carácter misógino, racista y sexista en su contra, la atleta ha sido víctima de ataques que cuestionan su identidad de género y su origen, lo que generó una ola de solidaridad y condena internacional.
¿De qué se trata la investigación?
La denuncia, que presentó el abogado de Khelif, Nabil Boudi, dio lugar a una investigación formal por parte de la fiscalía de París; las autoridades francesas abrieron una causa por acoso en línea, insultos públicos y discriminación, delitos que podrían acarrear penas de prisión y multas significativas.
Khelif fue arrastrada a una controversia global sin su consentimiento, enfrentando acusaciones falsas sobre su identidad de género, estos señalamientos, difundidos ampliamente en redes sociales, fueron rebatidas por el Comité Olímpico Internacional, que defendió la dignidad de la atleta.
La investigación, iniciada por la Oficina para Combatir Crímenes contra la Humanidad y Discursos de Odio, busca identificar y procesar a los responsables de este acoso, que no solo dañó la reputación de Khelif, sino que también atentó contra su dignidad humana.
Entre los acusados de difundir información falsa sobre Khelif se encuentran figuras públicas de renombre internacional como Donald Trump, Elon Musk y J.K. Rowling; sin embargo, la denuncia se presentó contra las plataformas sociales, una estrategia común en Francia que permite a los investigadores identificar a los responsables.
La campaña de desprestigio contra Khelif se intensificó tras su victoria en los Juegos Olímpicos de París, cuando algunos sectores cuestionaron su género y la legitimidad de su triunfo, este tipo de ataques no solo afectaron a la atleta, sino que también pusieron de manifiesto la persistencia de prejuicios y la necesidad de combatir el discurso de odio en las redes sociales.
La investigación en curso en Francia generó una amplia repercusión mediática y puso de relieve la importancia de proteger a los deportistas de este tipo de abusos; asimismo, suscitó un debate sobre la responsabilidad de las plataformas sociales en la lucha contra la difusión de información falsa y el acoso en línea.
