Parte del equipo que logró el décimo campeonato de la Champions League del Real Madrid y monarca del mundo con la Selección Española en Sudáfrica 2010, el exfutbolista Álvaro Arbeloa, se encuentra de visita en la CDMX como embajador del equipo merengue donde habló sobre sus momentos más preciados de su carrera.
El exmediocampista reveló cuál fue el título que más disfrutó y el profundo significado que tuvo para él; lejos de la frialdad de los números, Arbeloa habló con emoción de la historia que rodearon sus mayores conquistas.
“Siempre lo tengo claro y para mí fue la 10ª”, afirmó Arbeloa sin dudar, refiriéndose a la ansiada décima Liga de Campeones del Real Madrid como el trofeo que más disfrutó.
La razón de esta predilección no es casualidad; esta competición se le había resistido de manera obstinada a lo largo de su carrera; tras perder una final de Champions con el Liverpool y vivir la frustración de varias semifinales consecutivas con el Real Madrid, la Copa de Europa se había convertido en su obsesión.
El momento de la victoria en Lisboa, con aquel icónico gol de Sergio Ramos en el último suspiro, representó la culminación de un trayecto arduo y complicado. Para Arbeloa, que ya había sido campeón del mundo con España y había ganado títulos nacionales, la Champions era la única pieza que faltaba en su glorioso palmarés.
La forma en que se consiguió, contra todo pronóstico y con ese dramatismo final, hizo de la décima un título profundamente esperado y celebrado, no solo por él, sino por todo el madridismo y por ser el primer equipo en alcanzar esa cifra histórica en Europa.
Pero la pasión de Arbeloa no se limita a los colores del club blanco; ya que el exdefensor también rememoró con inmensa alegría la conquista de la Copa del Mundo con la Selección Española en 2010.
“También una alegría muy importante para España como país”, destacó; fue la primera vez que el equipo ibérico lograba este triunfo, y la unión que generó en el país fue algo sin precedentes.
“La verdad es que fue un torneo muy especial, veníamos de ser campeones de Europa dos años atrás, partíamos como una de las Selecciones favoritas”, recordó.
Con un “equipazo, un equipo de ensueño, de leyenda”, lograron poner esa “estrellita” en la camiseta de España. Para Arbeloa, fue un honor y una “bendición enorme” lo que representó para el país y cómo el fútbol consiguió unir a la nación como nunca antes, especialmente en ese inolvidable mes de julio de 2010.
