El futbol femenino europeo fue testigo de un giro inesperado en el Estádio José Alvalade de Lisboa; el FC Barcelona Femenil, que aspiraba a su tercer título consecutivo y el cuarto en su historia, vio caer su reinado ante un Arsenal inglés que se alzó con su segunda corona de la Liga de Campeones Femenina, la primera desde 2007.
¿Arsenal vs. Barcelona, cuánto quedó la final de la Champions?
La derrota por 1-0, con un gol decisivo de Stina Blackstenius en el minuto 75, supuso un duro golpe para el conjunto azulgrana, que a pesar de dominar el encuentro, no logró concretar sus numerosas ocasiones.
El partido se presentó como una oportunidad para el Barcelona de consolidar su hegemonía en el continente. Las estadísticas previas y el desempeño del equipo a lo largo de la temporada las señalaban como claras favoritas.
El Barça, con su estilo de juego ofensivo y su calidad individual, controló gran parte del balón y generó una constante sensación de peligro en el área rival.
Jugadoras como Aitana Bonmatí, Caroline Graham Hansen y Claudia Pina tuvieron varias oportunidades claras de gol, pero la defensa del Arsenal y la actuación de su portera, Daphne van Domselaar, se mostraron infranqueables.
El Arsenal, por su parte, planteó un partido rocoso y estratégico. Conscientes de la superioridad técnica del Barcelona, las ‘Gunners’ se mantuvieron firmes en defensa, esperando su momento para golpear. La entrada de Stina Blackstenius y Beth Mead desde el banquillo en el minuto 67 resultó ser un movimiento maestro de la entrenadora Renée Slegers.
Siete minutos después de ingresar al campo, Blackstenius aprovechó un balón en el área tras un córner y, con una definición precisa, batió a Cata Coll para poner el 1-0 que sería definitivo. Fue el segundo gol de Blackstenius en esta edición de la Champions League, pero sin duda el más importante.
A pesar de la desventaja, el Barcelona no se rindió y continuó buscando el empate; Claudia Pina estrelló un disparo en el larguero, y Aitana Bonmatí vio su remate desviado a tiro de esquina; sin embargo, la solidez defensiva del Arsenal y la falta de contundencia del Barça en los metros finales impidieron la reacción.
El pitido final desató la euforia en el banquillo inglés, que celebró un triunfo que rompe la racha del Barcelona y las devuelve a la cima de Europa después de 18 años.