La mañana se convirtió en un torbellino de controversia en los foros de TV Azteca, cuando en plena transmisión del programa familiar “Venga la Alegría”, el luchador Alberto del Río, ‘El Patrón’, protagonizó un incidente que encendió las redes sociales y provocó un intenso debate.
¿Fue una agresión real o un montaje para promocionar su próxima pelea?
El campeón de la Triple A, quien se encontraba en el show matutino para hablar sobre su inminente combate contra el Hijo del Vikingo por el Megacampeonato de la Caravana Estelar, se encontró inesperadamente con el padre de su retador.
Lo que comenzó como un segmento promocional, escaló rápidamente cuando ‘El Patrón’ pareció perder el control; un video que se viralizó muestra cómo, de un momento a otro, Del Río arremete contra el padre del Vikingo, resbalando inicialmente, pero recuperándose con agilidad para llevarlo al suelo y arrancarle la camiseta.
¿Agresión real o show planeado?
La producción del programa intentó intervenir de inmediato para contener el percance, pero el luchador, con la adrenalina a tope, logró superarlos y propinar un golpe en el suelo al familiar del Vikingo.
Este dramático suceso generó una polarización de opiniones entre los cibernautas; un sector considerable de usuarios en redes sociales apunta a que todo se trató de un segmento “armado” o “kayfabe”, una práctica común en la lucha libre para generar expectativa y darle mayor difusión a los eventos.
La intervención de la productora del programa, Eugenia Silva, con la contundente frase: “Sáquenlo por favor, les dije que no quería esto, se los dije”, sembró la duda y alimentó la teoría de que la agresión pudo haber sido genuina o, al menos, haber superado los límites previstos.
Por otro lado, una parte de la audiencia restó importancia a la autenticidad del incidente, enfocándose en el valor del entretenimiento: “No importa si es real o no, fue muy divertido y le dio publicidad a la lucha”, comentan algunos, destacando la capacidad del ‘Patrón’ para generar impacto y mantener la atención del público.
El incidente, que sin duda atrajo los reflectores sobre la gira “Alianzas de la Triple A” y el combate en el Gimnasio Olímpico Juan de la Barrera, resaltó la delgada línea entre el espectáculo y la realidad en el mundo de la lucha libre.
La pregunta sobre la autenticidad de la agresión de Alberto del Río seguirá resonando, pero lo que es innegable es que ha logrado su objetivo: mantener a la afición hablando.