El sueño rosa de Isaac del Toro se desvaneció en las cumbres alpinas de la Etapa 20, donde Simon Yates le arrebató la maglia rosa en una jornada dramática.
Aunque la distancia de tiempo entre el británico y el prodigio mexicano no es inalcanzable en teoría, Del Toro no tendrá la oportunidad de pelear por recuperar el liderato en la etapa final del Giro de Italia.
El pacto que impide a Isaac atacar en la última prueba
La razón es una arraigada tradición no escrita que rige el final de las Grandes Vueltas ciclistas.

Desde hace muchas décadas, existe un pacto de caballeros entre los ciclistas profesionales: la última etapa de una Gran Vuelta (como el Giro, el Tour de Francia o la Vuelta a España) es considerada una especie de desfile homenaje al líder virtual de la carrera.
Se trata de una jornada ceremonial, un reconocimiento al esfuerzo y la tenacidad del ciclista que logró portar la camiseta de líder hasta la entrada a la capital.
Este acuerdo tácito implica que, a menos que ocurra un accidente grave o una caída masiva, no se lanzan ataques serios contra el líder de la clasificación general.
Incluso si la diferencia entre el primero y el segundo es de apenas segundos, el código de honor del pelotón dicta que se debe respetar la victoria del ciclista que llega a la última etapa con el maillot de líder.
La batalla por la clasificación general se considera cerrada tras la penúltima etapa de montaña o contrarreloj.
Por esta razón, la Etapa 21, que culminará en Roma, será una procesión festiva donde los equipos y los corredores celebrarán la culminación de tres semanas de esfuerzo extenuante.
La única contienda real que se espera es la del sprint masivo al final, donde los velocistas tendrán su última oportunidad para buscar una victoria de etapa, regalando al público una llegada emocionante.

Aunque Isaac del Toro no podrá luchar por la maglia rosa en las calles de Roma, su actuación en este Giro de Italia 2025 ha sido histórica y absolutamente memorable.
El joven ciclista nacido en Ensenada, con tan solo 21 años, se convirtió en el más joven en vestir la maglia rosa y en ganar una etapa en lo que va de este siglo, rompió una sequía de más de 23 años sin victorias mexicanas en el Giro y mantuvo el liderato durante 11 días, una hazaña que solo el legendario Fausto Coppi había logrado a su edad en 1940.