Carlos Alcaraz marcó un hito en el deporte blanco, gracias a que se consagró bicampeón de Roland Garros con una impresionante voltereta sobre Jannik Sinner, después de irse abajo en los primeros dos sets en una legendaria final que duró cinco horas con 29 minutos, la más larga en la historia del Abierto de Francia.
El cierre no podía ser más dramático, pese al importante desgaste, ninguno de los dos finalistas cedió, por lo que el campeón se tuvo que definir a través del tie break en el quinto episodio, donde Carlos Alcaraz mostró su fortaleza física y mental al ser más eficaz, sellando su victoria con un certero drive plano que pasó cerca de la línea lateral, dejando sin posibilidades de reaccionar a Sinner.
Inmediatamente, el tenista de 22 años levantó sus manos hacia el cielo, dio un suspiro para luego pegar un grito de alivio y tirarse sobre la arcilla, ante los aplausos de los miles de asistentes que presenciaron historia pura en la Court Philippe Chatrier.
Las claves del éxito
Después de consumar la hazaña ante el número 1 del mundo, Alcaraz compartió las claves que lo llevaron al triunfo, agradeciendo al público por el apoyo.
“Ha sido increíble. Es difícil expresarlo con palabras. Estar así contra el número uno del mundo, dos sets abajo... He puesto el corazón. He intentado seguir y dar mi mejor tenis en el tercero, en el cuarto y en el quinto. La clave era no rendirse. Seguir luchando. Punto a punto. Y creo que lo he hecho bien”, dijo.
“Quiero darle gracias por todo a mi equipo y mi familia. Tuve la suerte de tener mucha gente que vino desde Murcia a apoyarme, es increíble”, añadió.
Con este nuevo triunfo, el nacido en El Palmar se mantiene invicto en finales de Grand Slams, ya que ha ganado cada una de las cinco ocasiones que ha llegado a esta instancia: dos Wimbledon, un US Open y dos Abiertos de Francia.