La Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) impuso una multa económica de carácter histórico a la Selección Mexicana, como consecuencia de la lamentable reaparición del grito considerado homofóbico por parte de sus aficionados en encuentros recientes.
Esta contundente sanción subrayó la persistencia de un problema que costó a la FMF millones de dólares y que sigue empañando la imagen del futbol mexicano a nivel internacional.

Aunque el monto exacto de la última penalización no fue detallado públicamente en su totalidad, fuentes cercanas a la FIFA indican que se trata de una de las multas más elevadas impuestas hasta la fecha por este motivo, reflejando el hartazgo del organismo rector del fútbol mundial ante la reiteración de la conducta.
La sanción llega después de que el polémico grito volviera a hacerse presente en escenarios clave, incluyendo, según reportes, partidos de la Selección Mexicana en la reciente Liga de Naciones de Concacaf y encuentros amistosos de alto perfil disputados en territorio estadounidense.
La FMF luchó durante más de una década contra este cántico, que se popularizó alrededor del Mundial de Alemania 2006. A lo largo de los años, la FIFA sancionó a México en múltiples ocasiones, imponiendo multas que suman cientos de miles de dólares y, en varias oportunidades, castigos severos como partidos a puerta cerrada o vetos a los estadios.
A pesar de las campañas de concientización, la implementación de sistemas de Fan ID y las amenazas de expulsión para los aficionados infractores, el grito persiste, convirtiéndose en una vergüenza recurrente para el futbol mexicano.
La reincidencia llevó a la FMF a disputas incluso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), buscando reducir o anular algunas de las multas; sin embargo, la postura de la FIFA fue inflexible: cualquier expresión discriminatoria no tiene cabida en el futbol y será sancionada.

Esta nueva multa histórica llega en un momento crítico, con México preparándose para ser coanfitrión del Mundial de 2026 junto a Estados Unidos y Canadá.
La FIFA y la FMF reiteran que la erradicación de este tipo de comportamientos es una prioridad, la persistencia del grito homofóbico no solo representa un riesgo económico y de imagen, sino que también amenaza la experiencia de los verdaderos aficionados y contraviene los valores de inclusión que el futbol internacional busca promover.