En el marco de los Juegos Panamericanos Junior en Asunción, donde el futuro del deporte continental se escribe con cada competencia, un mexicano demostró que la ambición y la perseverancia son la fórmula del triunfo.
A una semana de haber rozado la gloria en la prueba contrarreloj, el ciclista José Antonio Prieto regresó a las pistas de Asunción para saldar esa cuenta pendiente, y no solo lo hizo, sino que lo consiguió en un final de auténtica locura que ya es historia.
¿Cómo fue el triunfo de José Antonio Prieto?
La prueba de ruta de ciclismo, un desafío de resistencia y estrategia, se transformó en un intenso sprint en el último tramo; el pedalista de Aguascalientes se mantuvo siempre en el grupo de cabeza, midiendo cada movimiento de sus rivales para lanzar su ataque en el momento perfecto.
Y cuando parecía que el grupo se rompería en cualquier instante, Prieto sacó esa fuerza extra que solo tienen los campeones, con un último golpe de riñón, el mexicano cruzó la línea de meta en un tiempo de tres horas, 18 minutos y 34 segundos, dejando atrás por apenas unos centímetros al uruguayo Ciro Pérez y al argentino Octavio Salmón.
La escena en la meta fue una postal de emoción pura: la euforia de Prieto, la desilusión de sus rivales y el júbilo de la delegación mexicana; este oro no es solo un logro para el ciclista, sino un testimonio de su mentalidad de no rendirse. Hace apenas unos días, se colgó una plata que para muchos habría sido el final de una buena historia; para él, fue solo el preludio de una gesta aún más grande.
La medalla de oro de José Antonio Prieto es una marca para toda la delegación mexicana; con su triunfo, México alcanzó la cifra de 15 preseas doradas, un recuento que lo consolida en el cuarto lugar del medallero general de los Juegos Panamericanos Junior, demostrando el gran nivel competitivo y el futuro prometedor del deporte tricolor.