En un evento lleno de emoción y el inconfundible fervor de la afición mexicana, el piloto Sergio Pérez regresó a casa para su primera conferencia de prensa oficial como nuevo integrante de la escudería Cadillac, con la que correrá a partir de 2026.
El encuentro, que tuvo lugar en la Plaza Carso de la Ciudad de México, no solo fue una cita con los medios, sino un emotivo reencuentro con la “Checomanía”, la base de aficionados que lo ha seguido incondicionalmente.
El ambiente era de pura euforia, con pancartas, porras y el sonido de los motores de fondo que amplificaban la anticipación. Rodeado de este entusiasmo, Checo habló sin tapujos sobre su futuro, su pasado con Red Bull y la gran responsabilidad que asume al liderar un nuevo proyecto en la Fórmula 1.
Su presencia, que desató la locura entre los presentes, sirvió para sentar las bases de una nueva etapa en su carrera, una que él mismo considera como su capítulo final en el máximo circuito del automovilismo. Es un capítulo que busca escribir con la misma garra y determinación que lo han caracterizado a lo largo de su trayectoria.
¿Por qué Cadillac?
La elección de Cadillac como su nuevo equipo no fue casualidad. Pérez reveló que había otras opciones sobre la mesa, pero se sintió atraído por la visión y la seriedad del proyecto de la marca estadounidense. “No es solo volver porque sí”, aseguró.
“Me gustó mucho Cadillac por el proyecto y la visión en varias categorías. No solo volver porque sí, este proyecto es algo único y lo veo como mi último gran proyecto en la Fórmula 1. Lo quiero dar todo y tengo una gran responsabilidad”.
Una de las razones clave detrás de su decisión es el drástico cambio de reglas que entrará en vigor en 2026. Esta nueva normativa, que transformará los motores y la aerodinámica de los monoplazas, representa un “borrón y cuenta nueva” para todos los equipos.
Esto nivela el terreno de juego, dando a los equipos nuevos la oportunidad de competir desde cero con los gigantes establecidos. Checo comparó esta situación con el cambio de regulaciones de 2014, un momento en el que, según él, pudo demostrar su capacidad de adaptación. “Es algo bueno para mí. Regresamos un poco a lo que fue 2014, cuando cambiaron las reglas y yo me sentía muy bien.
Siento que Cadillac lo ha planeado muy bien, con mucha seriedad”. Esto, sumado al crecimiento exponencial de la Fórmula 1 en Estados Unidos y la inmensa plataforma de marketing que Cadillac le ofrece, convierte a la escudería en una oportunidad ideal para su regreso, con un potencial de crecimiento que le entusiasma.
Cadillac no es solo una marca automotriz, sino un gigante que busca establecerse como una fuerza dominante en el automovilismo mundial, y Checo quiere ser parte de esa historia desde el principio.
Checo explicó la importancia del equipo, de la decisión de firmar con Cadillac, su trabajo con Valtteri Bottas y la cultura de competencia que habrá en el equipo.
La conferencia de prensa en CDMX no solo marcó el regreso de una figura emblemática del automovilismo nacional, sino que reafirmó la relevancia cultural y mediática del Gran Premio de México, que ha sido renovado hasta 2028.
El Último “Stint”
En un momento de gran sinceridad, Checo confirmó que su contrato de dos años con Cadillac podría ser el punto final de su trayectoria en la Fórmula 1. “Me encantaría que este fuera mi último gran proyecto, terminar mi carrera aquí sería increíble”, confesó.
Con esta mentalidad, se compromete a dar el 100%, dejando claro que su futuro dependerá del progreso y la motivación que encuentre en el equipo. Su visión no es solo terminar su carrera, sino hacerlo con una última gran batalla, un “stint” final que lo consolide como una leyenda.
Más que una simple meta, es una declaración de intenciones para hacer de Cadillac uno de los grandes de la F1 y dejar un legado duradero en el deporte. Su objetivo es aportar toda su experiencia, no solo como piloto, sino como líder, para que el equipo logre su meta de ser competitivo y, con ello, culminar una carrera llena de altibajos, pero siempre marcada por la perseverancia y la capacidad de sobreponerse a la adversidad. La idea de ser el pilar de un nuevo equipo desde sus cimientos es un reto que lo motiva más que cualquier otra cosa en este momento de su vida profesional.
Junto a Checo en la nueva aventura estará el experimentado piloto Valtteri Bottas. Pérez no escatimó en elogios para su nuevo compañero, a quien le tiene un gran respeto por lo que ha logrado en su carrera, especialmente su paso por Mercedes. “Hacemos una gran combinación”, señaló, destacando que la vasta experiencia de ambos (con más de 500 Grandes Premios disputados entre los dos) será un activo invaluable para Cadillac. Checo es consciente de que los inicios serán duros y que probablemente no sumarán muchos puntos en el primer año. “Creo que los primeros años serán difíciles. En 2026 será un borrón y cuenta nueva para todos. Hay que ser pacientes. Pero la experiencia de los dos puede ser muy útil para el equipo, podemos aportar mucho y construir la base para el futuro”. Su objetivo es claro: trabajar juntos, dejando la rivalidad a un lado por un tiempo, para impulsar al equipo y llegar a la zona de puntos lo más rápido posible. La lección aprendida en sus años previos es que el éxito colectivo supera al individual, especialmente en un proyecto tan ambicioso como este.
El mensaje más emotivo de la conferencia fue para su incondicional afición. “Esto se convirtió en algo más grande que sólo un piloto”, dijo conmovido, reconociendo el cariño y el apoyo de la “Checomanía”, un fenómeno que ha trascendido el deporte y se ha convertido en un símbolo de orgullo nacional. Les prometió que daría todo de sí y los invitó a disfrutar esta nueva etapa juntos, sin importar los resultados iniciales. “Solo les digo que regresemos a disfrutarlo juntos, que sepan que voy a dar todo de mí. Disfrutemos mucho porque se nos va a ir muy rápido”, concluyó, dejando en claro que este nuevo capítulo de su carrera será un viaje que compartirá con todos los mexicanos. “Han sido increíbles, es sin duda la mejor afición del mundo”, finalizó, con una voz llena de gratitud y la promesa de un final de carrera memorable.

