La Selección mexicana Sub-20 debutó con carácter en la Copa Mundial de la categoría al empatar 2-2 con Brasil en un encuentro disputado en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos, en Santiago de Chile.
El duelo marcó la primera jornada del Grupo C y dejó sensaciones positivas para el equipo dirigido por Eduardo Arce, que supo reponerse a momentos de presión y demostró personalidad en el tramo final del partido.
México se adelantó temprano en el marcador gracias a un disparo preciso de Alexéi Domínguez, quien aprovechó un error defensivo brasileño para abrir el marcador; sin embargo, Brasil reaccionó con su tradicional calidad ofensiva y dio la vuelta al marcador con goles de Coutinho y Luighi Hanri, obligando al Tri juvenil a remar contracorriente.
El momento clave llegó en los últimos minutos: un centro desde la banda derecha encontró a Diego Ochoa, que con un certero cabezazo venció al guardameta brasileño y selló el 2-2 definitivo.
La anotación fue celebrada con euforia por la banca mexicana y por la afición presente en Santiago, que reconoció la entrega del conjunto tricolor.
El empate no sólo significó un punto en la tabla, sino un golpe anímico que podría impulsar al combinado nacional para el resto del torneo. México mostró orden defensivo, equilibrio en medio campo y determinación en ataque, elementos que le permitirán competir con potencia en los próximos compromisos del Mundial Sub-20.
Con este resultado, México y Brasil suman un punto cada uno en el Grupo C. El siguiente partido del conjunto mexicano será ante España, el próximo miércoles 1 de octubre, duelo que podría definir en gran medida el rumbo del Tri en la fase de grupos.
La afición espera que la garra mostrada frente a Brasil sea la base de una campaña histórica para la Selección Sub-20, que busca igualar o superar sus mejores participaciones mundialistas y colocar nuevamente el nombre de México en los primeros planos del futbol juvenil.