Después de una década de su regreso al calendario de la Fórmula 1, el Gran Premio de México es un caso de éxito a nivel global.
Año tras año, el evento en el Autódromo Hermanos Rodríguez agota sus boletos, recibe elogios de pilotos y escuderías, y se posiciona como uno de los más esperados del campeonato.
Rodrigo Sánchez, director de marketing del México GP, platicó con Publimetro, donde compartió las claves del proyecto y habló sobre la fuerza de una afición que convirtió al país en un referente mundial del automovilismo.
Entrevista con Rodrigo Sánchez
El Gran Premio de México celebra su décimo aniversario. ¿Cuál es la clave para mantenerlo como uno de los mejores del mundo?
—La gran afición mexicana, sin duda; ese es el factor que nos diferencia. El ambiente y la pasión que se viven aquí no se pueden replicar en ningún otro circuito. Cada año vemos cómo el público convierte el evento en una fiesta nacional. Creo que esa energía es la cereza del pastel; es lo que hace vibrar al Gran Premio de México y lo que ha permitido que mantenga ese reconocimiento internacional.
Diez años consecutivos con boletos agotados, ¿cómo explicas esa respuesta del público y qué impacto económico tiene el evento en el país?
—Hemos tenido sold out todos los años y eso habla del interés sostenido del público. No hay otro evento que logre este resultado durante una década. La gente espera el Gran Premio como una celebración nacional. En términos económicos, se espera generar alrededor de 800 millones de dólares en tan solo tres días en la Ciudad de México. Es una cifra enorme; fuera de la Copa del Mundo, no hay evento que produzca un impacto tan positivo en tan poco tiempo. Lo que se genera en hospedaje, transporte, restaurantes y turismo es impresionante.
¿El evento sigue dependiendo del Efecto Checo Pérez para mantener su éxito o ya ha trascendido esa etapa?
—El fenómeno de Checo Pérez fue muy importante, sobre todo en los primeros años, porque ayudó a atraer nuevos fanáticos. Pero hoy, el Gran Premio tiene vida propia; la afición mexicana ya adoptó el evento como una tradición. Si bien Checo es parte esencial de la historia reciente, el México GP ya no depende únicamente de su presencia para llenar las gradas, la pasión del público va más allá de un solo piloto; es una celebración del automovilismo y del orgullo nacional.
En diez años han enfrentado momentos difíciles: terremotos, huracanes, una pandemia. ¿Cuál ha sido el mayor reto y la mayor satisfacción?
—Hemos pasado por todo, cada edición ha tenido su desafío, pero ver el resultado final siempre vale la pena. Durante la pandemia, por ejemplo, tuvimos que reinventarnos completamente, adaptarnos a nuevas reglas y protocolos; sin embargo, ver nuevamente el Foro Sol lleno, escuchar el rugido de la afición cuando pasa Checo, eso no tiene comparación. Ver esas tomas en la transmisión televisiva internacional y cómo el mundo reconoce ese ambiente es algo que te pone la piel chinita, ese es nuestro mayor orgullo.
¿Qué mensaje le das a los aficionados para esta edición y qué recomendaciones deben tener en cuenta para disfrutar la experiencia al máximo?
— Nuestro compromiso es seguir ofreciendo un evento de talla mundial, seguro, organizado y lleno de emoción. Pedimos al público revisar con anticipación su boleto y puerta de acceso, usar transporte público, seguir los canales oficiales y evitar comprar entradas en reventa, queremos que todos vivan una experiencia inolvidable. Al final, este evento es por y para ellos: la afición es el corazón del Gran Premio de México y con la renovación del evento, hay fiesta para varios años más en nuestro país.