La Ciudad de México volvió a convertirse en el epicentro de la emoción y la adrenalina este miércoles, cuando varios pilotos de la Fórmula 1 participaron en distintas actividades con los aficionados, en la antesala del Gran Premio de México 2025. Desde el mediodía, diferentes puntos de la capital se llenaron de banderas, gritos y cámaras, confirmando una vez más que el público mexicano vive este deporte con una pasión única.
Carlos Sainz Jr. y Alexander Albon, representantes del equipo Williams, protagonizaron una de las jornadas más esperadas al convivir con sus seguidores en la colonia Juárez. Entre sonrisas, autógrafos y fotos, ambos pilotos destacaron el ambiente inigualable que cada año los recibe en México.
Sainz, actual campeón del GP mexicano, agradeció el cariño del público y aseguró que correr en el Autódromo Hermanos Rodríguez siempre es “una experiencia diferente, llena de energía”.
Mientras tanto, Pato O’Ward, piloto reserva de McLaren y uno de los grandes referentes del automovilismo nacional, se reunió con cientos de fanáticos en Plaza Toreo, en un evento que combinó orgullo mexicano y espíritu competitivo.
O’Ward se mostró entusiasmado por formar parte de la semana más especial del año para el deporte motor en su país, destacando que “cada vez hay más talento mexicano en las pistas internacionales”.
Por su parte, el joven argentino Franco Colapinto, de la escudería Alpine, participó en una activación en Plaza Antara, donde compartió su emoción por correr por primera vez en el ambiente mexicano. Su compañero de equipo, Pierre Gasly, también tuvo su propio encuentro con fanáticos en Tlalnepantla, donde el francés fue recibido con pancartas y muestras de apoyo.
La jornada cerró con un ambiente festivo en distintos puntos de la ciudad, reflejando que la Fórmula 1 no solo llega a México para competir, sino también para convivir y celebrar con una de las aficiones más apasionadas del mundo. La CDMX demostró una vez más por qué es una parada obligada del calendario mundial: una ciudad donde los motores rugen, los pilotos sonríen y el público vibra incluso antes de que se apague el semáforo en el Autódromo Hermanos Rodríguez.