La afición mexicana demostró por qué este es el mejor escenario fuera de Estados Unidos.
La Arena CDMX no fue solo una cancha de básquetbol esta noche; fue el epicentro de la fiesta deportiva en México. El esperado NBA Mexico City Game 2025 entre los Detroit Pistons y los Dallas Mavericks arrancó con un lleno total, pero la verdadera sorpresa no estuvo solo en la duela, sino en los pasillos. Para asombro de miles, las mascotas oficiales de la Copa Mundial de la FIFA 2026 hicieron acto de presencia, convirtiéndose instantáneamente en la sensación del evento.
Cientos de aficionados al deporte ráfaga, muchos de ellos portando jerseys de la NBA y otros con creativos disfraces, hicieron fila para tomarse la foto conmemorativa, borrando la línea entre el básquetbol y el futbol en una fusión de pasión puramente mexicana. Fue la actividad más concurrida en las inmediaciones y el preludio perfecto para una noche donde la alegría fue la protagonista.
Esta atmósfera de celebración fue el complemento ideal para el marco del partido: el Día de Muertos. La NBA rindió homenaje a la tradición con un espectacular y auténtico diseño en la duela, lleno de color y motivos alusivos a la fecha, que se robó las miradas desde el calentamiento.
El público respondió al llamado, y entre los más de 22 mil asistentes se podían observar incontables aficionados disfrazados, pintados como catrinas y calaveras, dándole al juego un ambiente único e irrepetible. A nivel de cancha, la alfombra roja no faltó. Se pudo observar a personalidades como el músico Jay de la Cueva, el exfutbolista mundialista Ricardo Osorio y, por supuesto, a la realeza del básquetbol mexicano: los exjugadores de la NBA, Eduardo Nájera y Horacio Llamas, quienes fueron ovacionados por el público.
Mientras todo esto sucedía, el partido daba inicio. Aunque las estrellas de Dallas, Anthony Davis y Kyrie Irving, no vieron acción, la afición se entregó a los protagonistas en la duela: el novato Cooper Flagg y Klay Thompson por los Mavericks, y Cade Cunningham por los Pistons. El resultado del partido casi pasaba a segundo término; lo que importaba era la alegría, el ambiente vibrante y la confirmación de que México sabe cómo organizar una verdadera fiesta de la NBA.

