Los Dodgers se proclamaron campeones de la Serie Mundial 2025 tras derrotar a los Blue Jays de Toronto en una final que quedará escrita con letras doradas en la historia del beisbol moderno. Fue una serie que lo tuvo todo: batazos imposibles, duelos de pitcheo, remontadas y un cierre que hizo vibrar al Rogers Centre poniendo a los fanáticos al filo del asiento.
En la primera serie de la historia que inició y terminó fuera de Estados Unidos, la novena angelina se llevó el título a casa concretando en ansiado bicampeonato y haciendo muestra de su poderío y experiencia al remontar no solo la serie, sino también el juego definitivo en el que estuvieron al borde del abismo.
Desde el primer lanzamiento quedó claro que no era una Serie Mundial más. Los vigentes campeones no solo enfrentaban a un rival encendido, sino a la presión de una ciudad que exigía volver al trono y cuando la tensión alcanzó su punto máximo, la experiencia, el temple y la sangre fría marcaron la diferencia.
Con el empate 4-4 en el partido y los nervios de la afición apunto de estallar, en la undécima entrada emergió el héroe: Will Smith conectó un jonrón solitario que quebró el empate y colocó a los Los Ángeles Dodgers arriba 5-4 sobre los Toronto Blue Jays. Luego, con la presión al máximo, Yoshinobu Yamamoto entró en relevo y cerró la puerta con un doble play 6-6-3 para sellar el campeonato.
Para muchos, este título representa más que una corona. Es la recompensa a un proyecto que apostó por la mezcla perfecta entre juventud y veteranía, entre estrellas consolidadas y promesas que florecieron justo a tiempo. Un equipo que no solo juega al beisbol, sino que lo convierte en espectáculo.
La otra cara de la moneda en la Serie Mundial
A pesar de que los Blue Jays se plantaron con valentía y protagonismo en cada instante de esta Serie Mundial, la derrota dejó un sabor amargo. Tras ganar el primer partido con una gran demostración ofensiva, Toronto pareció tener el control del enfrentamiento; sin embargo, a medida que la serie avanzó los espacios para fallar se hicieron evidentes y en el decisivo Juego 7 les pesaron los errores, la resistencia del rival y la falta de ese golpe final que define un campeón.
La reacción en la ciudad fue de tristeza pero también de orgullo: las autoridades locales felicitaron al equipo por la lucha y el compromiso, reconociendo que dejaron “el alma” en la serie.